El cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, y el exobispo de Ourense y actual cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, fueron elegidos ayer presidente y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española Conferencia Episcopal Española(CEE), en el marco de la Asamblea Plenaria de los obispos, que se celebra hasta el viernes en Madrid. Ambos purpurados son cercanos a Francisco y de hecho, se les conoce como los hombres del Papa en España.

Los dos fueron nombrados cardenales por el papa Francisco Juan José Omella, el 28 de junio de 2017, y Carlos Osoro, el 19 de noviembre de 2016. Además, los dos arzobispos, de Barcelona y Madrid, respectivamente, siempre apuestan en sus declaraciones por seguir los pasos de Bergoglio.

El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, fue elegido presidente de la CEE, por mayoría absoluta, con 55 votos de los 87 emitidos, y en segunda votación. En segundo lugar quedó el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, con 29 votos; y en tercer lugar, empatados con un voto cada uno, Carlos Osoro, Ginés García Beltrán y Mario Iceta.

Por su parte, Osoro, fue elegido vicepresidente de la CEE, en tercera votación y obteniendo 47 votos, quedando en segunda posición Sanz Montes, con 40 votos, según informa la Conferencia Episcopal Española.

Omella sustituye en el cargo al cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, que ya había cumplido dos mandatos consecutivos en el puesto. Su elección abre una nueva etapa en la Iglesia marcada por su voluntad de diálogo y colaboración con el Gobierno, a quien, sin embargo, pidió que trate a esta institución con "dignidad y respeto".

El arzobispo de Barcelona (73 años) era el candidato mejor posicionado para presidir la CEE por la gran capacidad de diálogo y negociación que ha demostrado en el conflicto catalán, durante el cual ha hecho numerosos llamamientos a la concordia, a construir puentes y a fomentar la convivencia. Incluso intentó mediar, sin éxito, entre Rajoy y Puigdemont en otoño de 2017, en plena crisis. En su primera comparecencia ante los medios tras conocerse su nombramiento, Omella volvió a mencionar su voluntad de interceder y subrayó que su función al frente de la CEE será la de "buscar siempre los caminos de crear puentes, convivencia y fraternidad", especialmente en los temas más delicados.

La ley de la eutanasia, la reforma educativa que quita peso a la escuela concertada y a la asignatura de Religión, la fiscalidad de la Iglesia o la Memoria Histórica son algunos de esos temas "delicados" que el nuevo presidente de los obispos tendrá que abordar con el Gobierno.

Desde el Ejecutivo, no obstante, confían en que este nombramiento permita mantener las "habituales buenas relaciones" con la Iglesia y esperan que, cuando la agenda lo permita, se produzca una reunión entre la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, y Omella.

En la misma línea, el arzobispo de Barcelona subrayó su voluntad de colaborar con todas las instituciones del Estado "porque estamos al servicio del bien común" y porque "todos nos necesitamos". No obstante y al igual que su predecesor en el cargo, advirtió de que, aunque la Iglesia no quiere privilegios, sí demanda ser tratada "con dignidad y respeto, como se trata a todas las instituciones".

"Cuando hay voluntad de caminar juntos, podemos conseguirlo y, cuando queremos enfrentarnos, eso al final siempre produce heridas y mucho dolor, y eso no lo quisiera ni para el pueblo español, ni para la Iglesia católica", manifestó Omella tras ser elegido presidente.