El escritor y periodista José Jiménez Lozano, Premio Cervantes 2002 y Premio Nacional de las Letras Españolas 1992, falleció ayer a los 89 años. Autor prolífico y de amplía formación cristiana y humanista, cultivó principalmente el tema religioso y social en más de cuarenta títulos entre novelas, relatos cortos, cuentos y poesías. Además fue durante varios años y hasta su jubilación el director del diario El Norte de Castilla.

Entre sus últimos libros figuraban Los Retales del tiempo (2010) , Retorno de un cruzado, (2013), donde profundiza sobre los desastres que dejó la guerra civil; Siete parlamentos en voz baja (2015), Se llamaba Carolina (2016), Memorias de un escribidor (2018), una evocación autobiográfica o La querencia de los búhos (2019) su último libro de cuentos.

Jiménez Lozano nació el 13 de mayo de 1930 en Langa (Ávila), de donde era hijo predilecto y medalla de Oro de su provincia. Licenciado en Derecho y Filosofía y Letras por las Universidades de Valladolid y Salamanca, además de Periodismo en la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid, estudios que terminó en 1962.

Ese año ingresó en la redacción del diario vallisoletano El Norte de Castilla. Allí, con Miguel Delibes, formó parte de una destacada generación de periodistas entre los que figuraban Martín Descalzo, Umbral o Leguineche. En 1978 fue nombrado subdirector y en 1992 director.

Jiménez Lozano asistió como invitado al Concilio Vaticano II y uno de sus libros es una biografía del papa Juan XXIII. Afincado en el pueblo vallisoletano de Alcazarén, su vida transcurrió entre el periodismo y la literatura que, según sus palabras, le atrae desde niño, porque el mundo de la ficción le parecía "más verdadero" que el real.

Jiménez Lozano fue además, uno de los más importantes estudiosos de la mística española y está considerado como un profundo conocedor de la tierra castellana y su lenguaje. Entre sus obras como ensayista figuran: La ronquera de fray Luis (recopilación de colaboraciones publicadas en la revista Destino), Los cementerios civiles en España, Cartas de un cristiano impaciente (serie de artículos publicados en Destino, durante los años sesenta y setenta) o El ateísmo en España.

Jiménez Lozano fue además uno de los cofundadores del proyecto cultural y religioso de Las Edades del Hombre, para el que realizó los guiones que acompañaron a las exposiciones celebradas entre 1988 y 1997, además de escribir el ensayo Los ojos del icono (1988). En 1993 editó su primer poemario Tantas devastaciones.

En 1997 donó su biblioteca, de unos 10.000 volúmenes, y su archivo personal a la Fundación Jorge Guillén y un año después salió el libro de relatos El balneario, recopilación de 47 relatos cortos entresacados de sus libros de narraciones breves.

Además del Cervantes y el Nacional de las Letras , Lozano obtuvo galardones tan destacados como el Premio Nacional de la crítica por la novela El grano de maíz rojo (1988).