La Consellería do Mar ha cifrado en 26,8 millones de euros el daño para el sector de la bajura, marisqueo y acuicultura de la comunidad por la baja demanda y la caída de precios en lonja. El departamento que dirige Rosa Quintana trasladó la estimación a las cofradías en un documento que también envió al Ministerio de Pesca para intentar agilizar la tramitación de subvenciones para los armadores y trabajadores que se puedan ver afectados a causa del estado de alarma por la crisis sanitaria del coronavirus. En el texto, Mar hace una serie de sugerencias para articular las "ayudas directas e indirectas", que piden se extienda también a otros sectores como el que afecta a las rederas o a las empresas transformadoras y auxiliares. En este sentido, desde la Xunta entienden que este tipo de ayudas pueden entrar en la categoría de aquellas "destinadas a reparar los perjuicios causados por desastres naturales o por otros acontecimientos de carácter excepcional" al tratarse de una pandemia.

Tal y como viene alertando el sector pesquero en los últimos días, la flota sigue saliendo al mar, pero los precios son cada vez menores. Y en algunos casos, como el marisqueo, ya se plantean parar del todo. En el caso de A Coruña, los mariscadores no saben todavía si comenzarán el próximo lunes la campaña que tenían prevista ya que están pendientes de lo que les traslade el comprador.

De hecho, el texto de la Xunta enviado a Madrid detecta una "minoración de actividad comercial en el ámbito marítimo-pesquero derivado de la caída de demanda en los últimos días", con una "afectación potencial" directa sobre el sector extractivo de 26,8 millones, de los cuales 14,4 corresponderían al período actual de vigencia del decreto del estado de alarma. En el documento la consellería hace hincapié en "prestar especial atención a la paralización de la actividad pesquera, marisquera, acuícola y de transformación y comercialización de productos del mar". Por ello Mar recomienda al Ministerio de Pesca dos propuestas para paliar los daños al sector: uno en forma de ayudas directas para los trabajadores y armadores, y otra de bonificaciones.

El departamento dirigido por Luis Planas trasladó una serie de recomendaciones para los buques pesqueros al ser una parte "crítica" de la cadena de suministro de alimentos. Así, si nadie de la tripulación está afectado por la enfermedad, el barco es un espacio que ofrece aislamiento con terceras personas y debe mantenerse así el máximo tiempo posible "alargando las mareas todo el tiempo que se pueda", evitando entrar en puerto hasta que no se disponga de las capturas suficientes para un grado de ocupación de las bodegas significativo o la calidad de las capturas pueda verse afectada.