En los últimos cuatro años Galicia ha perdido 7.548 afiliados al régimen de autónomos. Lo que no se ha achicado es su aportación al sistema público, que recaudó „en 2018, último ejercicio del que se disponen datos cerrados„ casi 900 millones de euros en concepto de cotizaciones. El vendaval del coronavirus Covid-19 los ha golpeado sin piedad. Cerrados temporalmente. Anegados de incertidumbre. Miles de negocios que han corrido la misma suerte en toda la comunidad. "Tenemos que dar certidumbre a los autónomos, a la sociedad. En unos días tendremos clarificado un sistema por el cual todos los autónomos podamos acogernos al cese de actividad si cumplimos los requisitos", apunta el presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA). Es el esfuerzo que comparten en la Federación de Autónomos de Galicia (APE), que ha remitido también una guía a sus asociados para despejar el mar de dudas.

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Rafael Granados, presidente de ATA (Asociación de Autónomos de Galicia), pide concretar y ampliar las medidas de protección a los emprendedores. "No está claro cómo acreditar la fuerza mayor", señala como ejemplo y valora que el Gobierno "está por la labor e intenta flexibilizar".

Los autónomos podrán acogerse al cese de actividad cuando esta se haya visto interrumpida por la pandemia, o acreditar una reducción del 75% en su facturación respecto al semestre anterior. La prestación a obtener para los trabajadores por cuenta propia se calculará con el 70% de la base reguladora o con el 70% de la base mínima cuando no se pueda acreditar el período mínimo de cotización. Esa base mínima asciende a 944,4 euros mensuales, fijados para 2020. En principio la validez de esta renta extraordinaria es de un mes, pero podría prorrogarse si se mantiene la actual situación. El importe a ingresar sería de casi 661 euros. Esta cantidad no da basta frenar las pérdidas, ya que los autoempleados deben seguir pagando la renta de sus locales, suministros y proveedores. "Los autónomos somos siempre los marginados", lamenta Rafael Fernández. El sentimiento de desprotección es compartido entre quienes cargan con la mochila del autoempleo.