"Trabajamos a tope". En Pazo de Vilane, empresa de Antas de Ulla dedicada a la producción de huevos, han tenido reforzar plantilla y trabajar "a mucha velocidad" para cubrir la demanda que se desencadenó tras decretarse el estado de alarma por el coronavirus. "Estamos atendiendo todos los pedidos", explica Piedad Varela-Portas, cofundadora y directora de marketing de esta empresa familiar que gestiona un total de 13 granjas.

De un día para otro han tenido que hacer frente a un fuerte incremento de la demanda y, al mismo tiempo, poner en marcha planes de contingencia para proteger a sus trabajadores.

A principios de esta semana la carga de trabajo fue mayor, sobre todo en el área de envasado, lo que les obligó a doblar turno y reforzar su plantilla con más personal. Incluso tienen a trabajadores en la reserva por si hubiese que poner a algún empleado en cuarentena. "El problema que tenemos es que falta mano de obra en estas zonas más aisladas del rural, porque además para trabajar en un almacén se requiere cierta especialización y no siempre encontramos.

A pesar del esfuerzo para mantener la demanda, Piedad Varela-Portas garantiza el suministro. "Si hay algún problema es puntual. Por ejemplo, si enviamos un pedido a Madrid o Barcelona antes duraba toda la semana y ahora en cinco días se consume, pero eso se soluciona en 48 horas", señala.