La historia del proceso concursal de Isidro 1952 „antigua Isidro de la Cal„ llega a su fin. El viernes 20 de marzo el administrador, Ramón Juega, se reunió con la mesa negociadora para ver si finalmente el ERE (expediente de regulación de empleo) de extinción que afecta a los 90 trabajadores que se habían salvado de la primera remesa de despidos se hacía con o sin acuerdo. Tras las votaciones y el recuento, los resultados recogían el desacuerdo del comité de trabajadores con las condiciones expuestas. Por tanto, solo queda un paso para dar por finalizado todo el proceso: que el órgano jurisdiccional se pronuncie al respecto. "Solo nos falta esperar a que salga el auto. Es un proceso lento", lamenta la presidenta del comité de empresa, Olga Rodríguez.

En la reunión del viernes, el administrador concursal comunicó a los empleados que alguno aún tendría que seguir trabajando. Dos personas de tesorería y una de mantenimiento tendrán que seguir desarrollando sus funciones en la planta de sushi de Espíritu Santo. Los criaderos de Valdoviño y de Lorbé, de besugos, también tendrán empleados, aunque solo precisaron que serían cuatro en Lorbé y que tendrían que estar tres meses. Y sin cobrar. "Los trabajadores de la planta de besugos dijeron que no podían estar ahí sin recibir un sueldo. El administrador les dijo que intentarían pagarles. El compañero pidió una fecha, pero no se la dieron", explica Rodríguez. Sin embargo, no se reflejó en el acta de la reunión los empleados que tendrían que seguir en Valdoviño.

El futuro de las plantas de crianza de besugo, trucha y rodaballo sigue en el aire. La viguesa Grupo Profand se había interesado por las tres piscifactorías de trucha (los viveros de Carballo, Ouro y Baio) y Nueva Pescanova había realizado una oferta por el criadero de besugo y rodaballo de Lorbé. El administrador concursal indicó al comité que todavía estaba hablando con Pescanova, pero que no veía "mucho adelanto", y de la planta de trucha "tampoco sabía nada". "No quería dar mucha información", manifiesta Rodríguez.

Ahora la plantilla de Isidro 1952 espera la resolución definitiva del proceso para poder pasar página y buscar un nuevo trabajo. "Hay compañeros que encontraron empleo, pero no pueden empezar porque esto aún no terminó. Falta la resolución judicial y que el administrador mande las certificaciones", matiza la presidenta del comité.