El de 2012 fue un año difícil de masticar para la economía española. También para la gallega, con una tasa de paro que superaba el 21%. Tras el primer ajuste en el empleo „se ensañó en los primeros años de la crisis con el empleo eventual„, las empresas empezaron a echar mano de medidas internas de suspensión de empleo o reducción de jornada, lo que se tradujo en un incremento exponencial de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE).

A cierre de aquel ejercicio se habían formulado 2.043, un récord que la recuperación había dejado „eso parecía„ muy atrás. Hasta que llegó el coronavirus Covid-19 y lo diluyó todo. Solo desde el pasado lunes y hasta el mediodía de ayer la Xunta había recibido la solicitud de ERTE (ajustes temporales para la plantilla) de 4.239 sociedades mercantiles, ahogadas por un inédito parón de la economía. A un ritmo de cuarenta a la hora; veinticinco veces más de los que tuvo que tramitar en todo 2019, de acuerdo a los registros oficiales del Ministerio de Trabajo.

El de mayor afectación hasta la fecha de los registrados en la comunidad gallega se planteó a última hora del jueves. La compañía de telemarketing Bosch Service Solutions reunió al comité para negociar un ERTE de seis meses de duración y para 1.309 trabajadores de su centro de Vigo, el 85% de todo su cuadro de personal, por "causas organizativas" relacionadas con la pandemia. Los empleados afectados estaban adscritos a campañas de telefónicas como Vodafone u Orange, así como de las energéticas Repsol e Iberdrola.

El hecho de que el expediente se plantee por seis meses, un periodo mucho más largo de lo que a priori se van a prolongar las medidas sanitarias extraordinarias, genera "incertidumbre", como destacó la presidenta del comité, Laura Pérez. En Bosch Vigo se quedarán 240 empleados, no afectados por el ERTE.

La textil Adolfo Domínguez, que había formulado una suspensión de empleo para 728 personas comunicó ayer una ampliación de la medida, para personal de servicios centrales y de la red de tiendas de Portugal. Alcanzará así a 909 profesionales, el 76% de la plantilla. "Los profesionales se reincorporarán a sus puestos de trabajo cuando las tiendas puedan reabrir con seguridad y la compañía recobre su actividad normal", advirtió en un comunicado, en el que volvió a enfatizar el "refuerzo" de su actividad online.

En el caso de Inditex la compañía aseguró que la formulación de su ERTE, para unas 25.000 personas, tendría carácter "preventivo" y solo se aplicaría en caso de que se prolongase el estado de alarma a partir del 15 de abril. En España, Inditex, según fuentes sindicales, cuenta con cerca de 35.000 empleados que han dejado de trabajar tras el cierre de las tiendas desde el pasado sábado 14 de marzo, a los que podrían sumarse casi 5.000 de los más de 10.000 provenientes de las 11 plataformas logísticas del grupo en España. Dichas plataformas han visto reducida su carga de actividad y de trabajo, con una menor actividad y menos personal, pero trabajando con las medidas preventivas y recomendaciones sanitarias. CCOO, CIG y UGT han condenado en todo caso la adopción de esta medida por parte del grupo tras haber cosechado "unos resultados tan positivos" en 2019. „más de 3.600 millones„. "Solo una parte de este incremento de beneficios permitiría a esta multinacional sufragar los gastos de personal mientras dura la actual situación de alarma", cuestionan desde la CIG.