Rafa Fernández tiene su propio estudio de diseño en la plaza de Azcárraga, en un local comercial que se ha visto obligado a cerrar por la ausencia demanda. Desde allí realizaba, hasta la semana pasada, trabajos para agencias de publicidad y creaba los objetos de su marca Oitenta. Pero incluso vender online es para él una utopía en esta situación. "Lo que yo vendo pequeños lujos y todo ese tipo de consumo se ha parado por completo", afirma. Este autónomo está a la espera de que su asesoría le aclare si puede dejar de pagar la cuota y acceder a la prestación durante el estado de alarma. "Los autónomos nos vemos siempre como los marginados. Se dan facilidades para los ERTE a empresas que facturan mucho y nosotros casi tenemos que mendigar porque no nos hagan tener gastos", lamenta. "Aparte de se autónomo „añade„ vivo solo, con que tengo que pagar el alquiler del local, los suministros, más mis gastos personales. En esta situación no podemos subsistir más que unas semanas", alerta.