La canciller alemana, Angela Merkel, y los líderes de los estados federados acordaron ayer restringir durante al menos dos semanas los contactos y prohibir las reuniones de más de dos personas para tratar de contener la extensión del coronavirus, que afecta en el país a 18.610 personas, de las que 55 han fallecido.

Se permitirá salir a la calle con otra persona, ampliable a más si se trata de un núcleo familiar u otras formas de convivencia. Cerrarán restaurantes y otro tipo de locales comerciales, excepto tiendas de alimentación, farmacias y otros establecimientos básicos. "Hay que reducir absolutamente a mínimos todos los contactos", indicó Merkel ante los medios. Fiestas u otro tipo de celebraciones son "absolutamente inaceptables", pero debe seguir siendo posible el "camino al trabajo o al médico", así como practicar de forma individual deportes al aire libre.

Merkel insistió en que son medidas acordadas por todos los länder y en la necesidad de medidas "compartidas" a escala nacional. La canciller compareció antes de iniciar una cuarentena domiciliaria por haber mantenido contacto con un médico contagiado con el nuevo coronavirus.