1. El impacto en la economía será mayor cuanto más se alargue el estado de alarma, y este viene determinado por una razón primordial: la salud ciudadana. A corto plazo, estamos ante una situación muy preocupante, dado que todos los indicadores contemplan una recesión en el próximo trimestre con un impacto tremendo sobre el empleo y las empresas.

2. La recuperación va a ser más lenta que la caída. A corto plazo resulta fundamental garantizar la liquidez empresarial. Galicia, además, cuenta con un gran tejido de pymes y autónomos a los que hay que ayudar eliminando impuestos. Debemos ser especialmente sensibles para evitar que aumente la desigualdad social, ya que el impacto es distinto entre unos y otros. Hay que recurrir al déficit y acabar con el tabú del endeudamiento, sí, pero eso solo es parte de la solución para salvar las empresas y el empleo. La enorme solidaridad social que ha brotado estos días tiene que trasladarse también a la resolución de la crisis. Ahora veremos si contamos con agentes sociales, partidos políticos y entidades civiles a la altura del siglo XXI, dado que se exige una respuesta coordinada.

3. En 2008 hubo una crisis financiera que se trasladó a la economía real, hoy tenemos una pandemia que afecta a la oferta y a la demanda agregada. Los organismos internacionales han reaccionado mejor que en crisis anteriores al romper el tabú de la deuda/déficit. La clave es que se produzca una actuación coordinada en el ámbito estatal e internacional. El sistema financiero nacional tiene que aportar más, dado que será relevante en la recuperación. Es vital atajar el actual problema de liquidez para evitar una crisis de solvencia.