La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE celebrada ayer finalizó sin ningún avance significativo en materia económica y sólo con el acuerdo de darse quince días para que los gobiernos del bloque sean capaces de pactar una respuesta fiscal coordinada para mitigar el impacto del coronavirus. Después de seis horas de reunión por videoconferencia, y de que Italia y España rechazaran un primer documento por falta de ambición económica, los líderes europeos han pactado dar quince días a los ministros de Finanzas de la eurozona (Eurogrupo) para presentar sus propuestas.

El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, abogó por la emisión de coronabonos, deuda respaldada por el conjunto de la UE, para financiar la respuesta de los países al coronavirus. Un grupo de nueve países, entre los que están España, Francia, Portugal o Grecia, se muestran partidarios de esta iniciativa, mientras que Alemania, Holanda o Austria, se oponen porque supone la mutualización de deudas y riesgos.