La mayor tecnológica de España ultima también un ajuste temporal de su plantilla. Indra se suma así a la larga lista de grandes, medianas y pequeñas empresas que tiran de las medidas excepcionales aprobadas por el Gobierno en las condiciones y la tramitación de los ERTE para evitar que el parón económico provocado por la gravísima crisis sanitaria del coronavirus dispare los despidos. La compañía ronda los 28.000 empleados, incluida su larga lista de filiales, con dos de ellas, Indra Producción de Software y Soluciones Tecnologías de la Información, que superan los 1.400 efectivos y están muy implantadas en Galicia. La CIG fue muy crítica ayer con la decisión del grupo —ayer se informó a los sindicatos, pero se tomó ya el 19 de marzo e incluye reducciones de jornada, paralizaciones de contrato y recortes salariales de hasta el 25%— porque "estas empresas prestan soporte técnico a servicios públicos", como el Sergas y la Administración de Justicia, y otras actividades esenciales (R Cable o Abanca). El suyo será uno de esos ERTE de ámbito estatal con incidencia en la comunidad de los que todavía se desconocen los datos. Mientras, los presentados aquí, en los departamentos de Emprego de la Xunta, siguen aumentando y alcanzan los 23.651.

A lo largo de ayer se contabilizaron otras 2.664 nuevas solicitudes, lo que supone un incremento del 12,7% respecto al total de expedientes acumulados hasta el jueves en Galicia. Van 9.100 en A Coruña, 7.929 en la provincia de Pontevedra, 2.954 en Lugo, 2.948 en Ourense y 688 tienen carácter autonómico, según la información actualizada por la Consellería de Economía, Emprego e Industria, que ha habilitado un número de teléfono gratuito para atender a las empresas y empleados: 900815600.

El volumen de trabajadores afectados roza a estas alturas los 125.000 —son, exactamente, 124.918—, un 11,2% más (12.634 empleados) que en la jornada anterior. Con esas peticiones, en estos momentos en la comunidad están afectados por ERTE al menos dos de cada diez asalariados. El equivalente al 51% de la población residente en A Coruña. Y son más de los que figuran ahí. Además de los que se están tramitando directamente en la administración general del Estado porque se trata de grupos nacionales, hay, como añade la Xunta, otras 32 solicitudes de ERTE formalizadas en Galicia, pero de incidencia también estatal —por tamaño y operatividad en el resto de autonomías—, de las que no consta el número de trabajadores involucrados.

Hay dos tipos de ERTE flexibles ante el estado de emergencia del país. El de fuerza mayor entre las actividades paralizadas por orden del Gobierno; y el de causas económicas, técnicas, productivas y organizativas, vinculadas también a los efectos del Covid-19. Estos segundos tienen una tramitación ligeramente más larga —en los de causa mayor basta una notificación con el tipo de actividad y en cinco días debe estar la respuesta de la autoridad laboral— y más complicada porque la compañía está obligada a demostrar el impacto de la situación en su día a día. Aunque, eso sí, el informe de la Inspección de Trabajo es potestativo en ambos casos.

Fuentes de la Xunta aseguran a LA OPINIÓN que "la inmensa mayoría" de los ERTE presentados en Galicia son por fuerza mayor y que por eso también en un elevadísimo porcentaje salen adelante. Otras comunidades están detallando igualmente estos días el golpe del Covid-19 en su mercado laboral. En Castilla y León, por ejemplo, van 23.000 peticiones y 121.800 trabajadores; y 459.200 (de 58.800 ERTE) en Cataluña.

Se buscan cuidadores

La otra cara del mercado laboral de Galicia está en los sectores esenciales que siguen con las puertas abiertas y con más trabajo que nunca. La bolsa de ofertas del Servicio Público de Emprego de Galicia es un buen espejo de lo que pasa en ellos. En los últimos días se acumulan vacantes especialmente en dos parcelas: los cuidados (desde asistentes domiciliarios, a cuidadores en residencias), pasando con limpiadores (con conocimientos en biocidas) y dependientes.