El número de trabajadores afectados por una solicitud de ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) crece cada día en Galicia y España a un ritmo vertiginoso. Este procedimiento para suspender de forma temporal contratos de trabajo o reducir la jornada laboral a causa de la pandemia de coronavirus alcanzaba ayer a 125.000 trabajadores de 23.651 empresas de la comunidad gallega.

¿Qué opina acerca de esta cascada de expedientes, tanto en la parte empresarial como en la laboral?

La interpreto de igual forma que la situación general: la realidad supera todas las expectativas. El amplio número de actividades restringidas, el crecimiento exponencial de la pandemia y el nuevo marco regulador de las regulaciones de empleo daban una idea de que esto podía pasar, pero no con esta magnitud.

¿Cuál es la principal función de un sindicato como el suyo en estos momentos?

Asesorar laboralmente y poner nuestros servicios jurídicos y de prevención de riesgos laborales al servicio de los trabajadores.

¿Qué tipo de consultas reciben y cuáles son las dudas o temores a los que responden?

La mayor parte de las consultas son acerca de los ERTE. En muchas empresas es la primera vez que se producen y hay desconocimiento por ambas partes. También de la situación de bajas, maternidades, finalización de contratos... En cuanto a los temores, estos se refieren fundamentalmente a la duración de las medidas por la reducción de salario en el desempleo y el posible despido si no se recupera la actividad.

¿Qué indicaciones realizan la los consultados?

Son tan variadas como las problemáticas que nos formulan. Por ejemplo, si las comunicaciones no se ajustan a la legislación, que firmen un "no conforme" y que, en caso de duda, recurran siempre al sindicato.

¿Qué sectores son, a su juicio, los más vulnerables?

Los sectores y los empleos más precarios serán, como siempre, los más perjudicados. El personal con contrato temporal, los de ETT, los de las muy pequeñas empresas donde no va a haber un ERTE, las empleadas del hogar, el sector del marisqueo... Pero vulnerables, a día de hoy, son realmente todos.

¿Cuáles son las principales urgencias y demandas?

La urgencia es garantizar que todas las personas que tienen que ir a trabajar lo hagan en condiciones de seguridad plena. La demanda tiene que ver con la cobertura para los colectivos mencionados anteriormente, mantenimiento de contratos públicos, complemento salarial de la administración en los ERTE, ayudas a la conciliación por el cierre de centros escolares y de atención a personas dependientes, atención a residencias de personas dependientes y servicio de ayuda a domicilio.

A tenor de su experiencia de estos días, ¿cómo percibe emocionalmente al colectivo de trabajadores gallegos?

Asustado y preocupado por una situación que nos sobrepasa a todos y a todas.

¿Qué estimaciones tiene del impacto laboral en Galicia?

Pienso que esto no será medible hasta que pase. Tendremos que ver cómo somos capaces de salir de la crisis en función de su duración, que por el momento no es conocida.

¿Qué mensaje daría ante el temor de tantos trabajadores a perder el empleo?

La verdad es que estamos ante una situación desconocida, pero temporal, aunque no sepamos la fecha exacta del final. Por eso, desde CCOO estaremos vigilantes para que no se aprovechen ni perviertan esas medidas temporales y así se lo exigiremos también a las distintas Administraciones, que deberán establecer políticas para ayudar a superar esta situación crítica que beneficien a las empresas y a su personal.

¿Cómo ha vivido el sindicato el fallecimiento de un compañero, en particular los trabajadores de la antigua Alcoa?

Con sorpresa, porque fue algo inesperado, pero también con mucho dolor por la pérdida en sí y una honda tristeza por no poder despedirnos de él. José Luis Paz Pena, además de un gran sindicalista, era una maravillosa persona, siempre preocupada y atenta con los demás.

¿Qué debemos mejorar de cara al futuro?

Todo, sin duda. Esta crisis debe servir para dar la importancia que merece la sanidad pública, la inversión en investigación, el funesto resultado de las privatizaciones salvajes... También la necesidad de revisar a fondo nuestro sistema de atención a la dependencia. Por lo visto supondrá un antes y un después: tendremos que hacer balance y rectificar de principio a fin en muchas cosas. El capitalismo salvaje casi acaba con nosotros, y menos mal que la solidaridad humana nos da lecciones cada día.