Dudas, miedo, incertidumbre, responsabilidad, trabajo... Estas palabras son las que más se repiten últimamente ante la crisis del coronavirus, y el sector de la pesca no se libra de ellas. Los pescadores viven una nueva e inesperada realidad en la que cumplen un papel esencial, ya que son los encargados de mantener los mercados de abastos, plazas y otros puntos de venta de pescado. Sin embargo, los problemas también aparecieron de una u otra forma en el mar, barreras con las que lidian diariamente los armadores y los marineros que salen al mar a capturar estos productos. Los precios de venta en lonja descendieron, por lo que muchas empresas del mar generan pérdidas. Sin embargo, en los puntos de venta al consumidor no variaron, algo que los pescadores no entienden. La falta de material, como mascarillas o gafas de protección no hace más que aumentar las dudas en el sector pesquero, por eso muchos armadores se plantean si seguir faenando o amarrar sus barcos ya que la tripulación tiene miedo al contagio.

Hay casos en los que los dueños de las embarcaciones optan por detener su actividad, como hizo Manolo Presas, armador del cerquero A Tenencia. Su barco se encuentra en dique desde el miércoles para realizar labores de mantenimiento, pero cuando esté reparado no se plantea, por el momento, salir a trabajar. "No será rentable salir. Además tampoco sabemos a qué atenernos. Somos parte del sector primario y tenemos que trabajar, pero a la vez no podemos cumplir con medidas como la distancia de seguridad", explica Presas. Otro punto en el que incide es la "imposibilidad" de hacerse con, por ejemplo, mascarillas o guantes. "No nos dan medios. No tienes garantías porque trabajas en un espacio reducido en el que hay otros 11 marineros. La gente tiene miedo", señala este armador de Sada. Sin embargo, las empresas del sector no tienen muy claro si pueden acogerse a ERTE o no, ya que la Consellería do Mar anunció que sí se aceptarán en casos de fuerza mayor, pero todavía no hay confirmación del Ministerio de Trabajo. "No sabemos qué hacer porque la consellería acepta el ERTE, aunque Trabajo aún no dijo nada en firme. Si paramos pero no tenemos ayudas no podremos pagar las facturas ni la Seguridad Social. Pero la incertidumbre nos fuerza a un paro voluntario", lamenta Presas.

En la cofradía de A Coruña todavía hay embarcaciones que siguen saliendo a faenar. El patrón mayor de la cofradía, Felipe Canosa, es uno de los que continúa trabajando en su pesquero de artes menores Rosfel junto a un compañero. Y, salvo que se le planteen dificultades, no detendrá su pesca. "Mi idea es seguir faenando. Mientras no nos indiquen lo contrario desde el Gobierno o mi compañero o yo enfermemos saldremos cada día al mar", manifiesta el armador del Rosfel. A pesar de todas las dificultades por las que pasa ahora mismo el sector pesquero „caída del precio de los pescados en lonja, dificultades para cumplir la distancia de seguridad„, Canosa explica que se siente "moralmente obligado" a salir cada día al mar para que los mercados no se queden sin pescado que vender. "Si la pesca para, y la agricultura y ganadería también nos quedaríamos sin alimento", expone.

El armador del Segundo Toro, José Luis Rodríguez, comparte la visión de Canosa. "A no ser que nos manden parar seguiremos pescando. Mientras haya mercado continuaremos en el mar. Es una situación compleja y difícil, todos tenemos que apretarnos el cinturón", manifiesta el también presidente de la Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia (Asoar-Armega).