El principal responsable científico en la lucha contra el coronavirus en EEUU, Anthony Fauci, estima que la pandemia podría "millones" de contagios en todo el país y que la cifra de muertos podría alcanzar los 200.000.

Fauci se ha convertido en uno de los rostros más reconocibles de la iniciativa de la Casa Blanca con el coronavirus, en parte por la información ajustada que proporciona frente a los conflictivos pronósticos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que el pasado sábado contempló la posibilidad de cerrar la ciudad de Nueva York antes de dar marcha atrás.

Fauci, director del Instituto de Enfermedades Alérgicas e Infecciosas, se negó a dar un pronóstico más exacto de afectados dada la fluidez de la situación pero sí lamentó que la capacidad de Estados Unidos para detectar los vectores de transmisión todavía es "bastante débil".

El médico, de hecho, convenció al presidente Trump de que no impusiera la cuarentena, para en su lugar apostar por una recomendación enérgica contra los desplazamientos. "La cuarentena es demasiado estricta", explicó Fauci.

Estados Unidos registra ya más de 123.000 casos y un total de 2.229 personas han fallecido desde la declaración de la pandemia, que actualmente tiene su epicentro en Nueva York, aunque ya se extiende a otros "puntos calientes" como Nueva Orleans. Mas de 2.600 personas se encuentran en estado crítico.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó ayer finalmente no será necesaria una cuarentena en los estados de Nueva York „epicentro de la pandemia de coronavirus en el país„, Nueva Jersey y partes de Connecticut, tras haberlo consultado con las autoridades estatales y haber protagonizado una polémica con el gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo.

En el aviso publicado en su página web, las autoridades sanitarias instaron a los residentes de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut a que se abstengan de hacer viajes dentro del país que no sean esenciales durante los próximos 14 días. Y subrayaron que esta recomendación no se aplica a los empleados de "industrias cruciales de infraestructuras".

Tan solo unas horas antes, había anunciado el cierre y el gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo, arremetió contra la idea. Sería una "declaración de guerra a los estados", dijo.