Desde hace semanas, los españoles hablamos con naturalidad de "la curva". Las explicaciones ilustrativas del doctor Fernando Simón, paladín del Gobierno para coordinar la emergencia „ahora uno más en las estadísticas de casos positivos„, han acercado al conjunto de los mortales al indicador más realista de la evolución de la pandemia. La famosa curva de contagios, con su pico de incidencia y con su sube y baja de porcentajes de afectados. Algunos modelos estadísticos aplicados por expertos gallegos, como el matemático Manuel Febrero, evidencian que en la comunidad se está llegando a la "colina", pero que, a medida que se avanza, "la pendiente es menos fuerte".

Ni Manuel Febrero, de la Universidad de Santiago, ni Ricardo Cao, el coruñés que preside el comité de matemáticos contra el coronavirus, se aventuran a poner fechas al momento en que esa "colina" a la que ahora se aproxima la comunidad se convertirá en llanura. El primero, porque "los modelos se resisten a decir qué está ocurriendo, necesitan saber la tendencia más rebajada de los próximos días". El segundo, por prudencia, y porque, aparte de la curva de afectados, cree relevante conocer la evolución clínica de cada uno de ellos, para poder valorar las necesidades de camas de UCI, de recursos en determinadas áreas, etc.

Consolidar datos

"Hay que esperar a que estos primeros datos de tendencia se consoliden", informa Manuel Febrero, quien apela a la cautela, dada la "variabilidad" de las estadísticas que se manejan. "La parte modelizada de la epidemia es la curva de contagios", indica Ricardo Cao, quien defiende que donde deben fijarse ahora los análisis matemáticos es en la evolución de los enfermos de la UCI "para evitar el colapso del sistema sanitario".

A juicio de este matemático coruñés, resulta fundamental dar algoritmos para conocer el pronóstico de gravedad de un paciente, los días de hospitalización que precisa, cuánto tiempo va a estar en cuidados intensivos. Se trata de hacer un "diagnóstico anticipado", que permitiría, a su criterio, definir desde el ámbito de las matemáticas la necesidad de recursos, desde el número de camas, hasta parametrizar el reparto de mascarillas por centros hospitalarios, entre otros factores necesarios para tomar decisiones públicas.

Desde el departamento de Estadística, análisis matemático y optimización de la Universidade de Santiago, Manuel Febrero afirma que también en esta crisis resulta difícil tener datos de calidad. "Es un caballo de batalla de los estadísticos", indica. "Estamos limitados por la calidad de las fuentes". Esas fuentes han mejorado en los últimos días, y el Instituto Carlos III facilita datos accesibles a los investigadores. "Lo que más me interesa es la ratio de incremento de casos en Galicia". Según los modelos que utiliza Febrero, estos días se han detectado los dos primeros casos de bajada, de ahí que se atreva a afirmar que la comunidad se está acercando al punto más alto de la cumbre.

Ricardo Cao, por su parte, insiste en la necesidad de "homogeneizar" los datos que se facilitan en situaciones como la presente y que todos los países utilicen modelos idénticos para contabilizar enfermos y víctimas mortales de la epidemia.