La compra de armas en Estados Unidos llegó en marzo a niveles sin precedentes en al menos más de dos décadas, según datos del FBI, que registró el mes pasado más de 3,7 millones de comprobaciones de antecedentes penales de potenciales compradores, un 41% más que en febrero. La venta de armas carece de registros oficiales en Estados Unidos, pero la industria suele utilizar los datos de la agencia federal de seguridad para medir los movimientos en el mercado. Los datos de marzo no tienen precedentes desde que el sistema arrancó en 1998. La ley estadounidense estipula que los vendedores con permiso federal deben comprobar los posibles antecedentes de todos los compradores. Una portavoz de la Asociación Nacional del Rifle justificó el crecimiento en la demanda armamentística en que "los estadounidenses saben que son ellos los responsables últimos de su seguridad".