"El mercado está trabajando prácticamente como siempre", afirma Leonardo Tomé, presidente de los vendedores del mercado de Elviña, donde solo unos pocos han dejado de trabajar por precaución ante sus problemas de salud. Tomé detalla que en el resto de instalaciones de este tipo la situación es similar y que no ha habido desabastecimiento, sino que algunos días se agotaron productos "porque el comportamiento del público ha sido completamente errático y un fin de semana se arrasó con todo".

Según Tomé, las ventas han aumentado en los mercados "porque ahora comemos todos en casa y nadie en el colegio o el trabajo", y, aunque admite que el cierre de la hostelería les ha perjudicado, considera que estos vendedores tienen la "inmensa suerte" de seguir vendiendo. Destaca el éxito del servicio de reparto del mercado de la plaza de Lugo, que en Elviña también se realiza, aunque de modo individual, porque la gente lo demanda. "Miedo hay, pero más en el público que en los comerciantes, porque tenemos nuestras medidas, guantes y el que quiere mascarilla", afirma sobre el temor al contagio, pero destaca que el Concello acudió a los mercados para decretar medidas y fijar un metro de distancia entre clientes y puestos, algunos de los cuales ya tenían mamparas y cristales.