En la particular guerra contra el coronavirus, ellos están en primera línea. Reciben a los pacientes más graves, los que entran por Urgencias. Se encargan de su traslado, de asistirles o de hacerles las pruebas que sean necesarias y se exponen más que nadie a un posible contagio. Algunos profesionales de este área del Hospital de A Coruña reconocen cierto temor a infectarse „aunque más por sus familias o los pacientes que por ellos„ y lanzan un mensaje de tranquilidad: "Aquí no estamos desbordados, esto no es Madrid". A nivel personal, no todos llevan igual de bien estar en el foco de la pandemia.

Pablo Gómez es un facultativo de Medicina Interna que reconoce que en su campo "sí hay algo más de trabajo" y que vive esta situación "con estrés". "He tenido incluso que tomar pastillas para dormir, algo que hasta ahora no pasaba. Es duro ver algunos casos, familias con pacientes en la UCI...", explica en los 5 minutos que sale de Urgencias para buscar un café. Aunque asegura que de material de protección "estamos cubiertos", confiesa que siempre hay temor al contagio. "Los sanitarios siempre estamos más expuestos y en mi familia lo llevan con cierta tensión", indica.

También Ruth Barcia, celadora de Urgencias, reconoce que le costó asimilar psicológicamente la situación. "Fui de las que trataron a los primeros casos y tuve que estar en cuarentena y en mi casa tengo una persona dependiente. Al principio a nivel psicológico lo lleve muy mal, pero ahora ya estoy normal", sostiene Barcia, quien asegura que el volumen de pacientes ha bajado muchísimo en Urgencias y resalta que lo que se vive de la puerta del hospital coruñés para adentro "no tiene nada que ver con Madrid".

Otros trabajadores del mismo departamento reconocen, durante el descanso para el café o salir a fumar, que llevan bien la situación porque "hay menos trabajo del habitual" en Urgencias y porque asumen el riesgo de contagio como parte del oficio. Y si hay algún temor no es por ellos, sino por sus pacientes o familias. "No tengo miedo porque asumo que al final todos los terminaremos pillando, pero sí me fastidiaría llevarlo para casa", indica la celadora Maite Andrade. "Es una responsabilidad de cara a los pacientes que tratas aquí", añade Beatriz Rodríguez, técnica de rayos.

Aunque en algunos departamentos „como es el caso de rayos, donde realizan las placas para descartar o confirmar neumonía o Medicina Interna, a donde se deriva a una parte de los positivos en Covid-19„ han aumentado el volumen de trabajo, lo cierto es que la afluencia a las Urgencias de los hospitales gallegos ha bajado casi un 50% desde el inicio de la pandemia. "Prácticamente todo lo que llega es Covid-19. Creemos que la gente ahora aguanta más en su casa", explica Beatriz Rodríguez. Esto permite que Urgencias, la puerta de entrada para los casos más graves en el hospital, se centre en pacientes con coronavirus y que tanto la asistencia como al acceso a una cama de ingreso sea de momento fluida en A Coruña. Los trabajadores consultados son unánimes. "No estamos desbordados y la situación no es la que se ve en otros hospitales", aseguran.

Entre los cambios en su trabajo, algunos se quejan de las molestias del equipo de protección con riguroso protocolo para ponerlo y sacarlo. Eso sí, clave cuando se trabaja en primera línea de batalla contra el Covid-19.