La ganadería vive con inquietud la crisis del coronavirus. El cierre de restaurantes, pequeñas tiendas de alimentación u hoteles y los problemas logísticos derivados de la suspensión de las actividades no esenciales ha trastocado el día a día de las explotaciones lácteas del área que trabajan con un producto tan perecedero como la leche. Los más pequeños se resienten y otros aguantan el tipo, pero con inquietud. En Granxas O Cancelo han cerrado temporalmente la fábrica de helados Bicos de Xeado por seguridad, pero mantienen "con normalidad" el trabajo en la granja, eso sí, con unos estrictos protocolos de seguridad. Su gerente, Jesús Otero, explica que la recogida de leche se mantiene sin cambios, así como los precios. En Casa Grande de Xanceda, tras unos días "con mucha irregularidad', la actividad también ha vuelto a la "estabilidad", más allá de las medidas "extremas" de seguridad implantadas por el Covid.-19, explica la responsable de marketing, Jessica Rey. El trabajo va más lento por la necesidad de reducir equipos, pero se compensa con un compromiso extra de todo el equipo. "En estas circunstancias todavía es más importante una alimentación de calidad y nuestro producto no puede faltar", incide esta trabajadora.