El transporte público es esencial incluso en periodo de pandemia, ya que aunque la movilidad está restringida hay ciudadanos vinculados a servicios esenciales que necesitan usar el bus urbano o el taxi para desplazarse a su lugar de trabajo. El sector del taxi, con gran mayoría de trabajadores autónomos, asume su actividad con gran incertidumbre, dado que el brutal descenso de ingresos desde mediados de marzo condiciona la viabilidad de su servicio en el futuro. "Aunque podemos trabajar no sacamos nada", lamenta el presidente de Tele Taxi, Manuel Sánchez Quindimil. Este dato que aporta Antonio Vázquez, presidente de Radio Taxi, es más que elocuente: "Estamos sin movernos de la parada en diez horas y al final del día hacemos 50 euros". Sin clientela, ¿para qué trabajar?, se preguntan muchos taxistas. Por eso media flota trabaja los días pares y la otra mitad los impares. Y mientras dura el confinamiento por el coronavirus el sector, abocado como tantos otros a ERTE, duda de que las medidas de ayuda a los trabajadores por cuenta propia que administrará el Estado vayan a ser eficientes cuando su actividad recupere la normalidad. Dado que los taxis tributan por un sistema de módulos, les resulta más complicado justificar la caída de ingresos, algo, por otra parte, más que justificable estos días.