Antonio Fontenla, presidente de la patronal coruñesa, es escéptico con las medidas que el Gobierno estatal anunció que aplicaría para rescatar a las empresas afectadas por el parón de su actividad debido a la pandemia del coronavirus. Lamenta la falta de diálogo con el sector empresarial y prevé dificultades para mantener las plantillas cuando se abandone el estado de alarma.

¿Ante la incertidumbre por el futuro de muchas empresas, trabaja la patronal coruñesa como en una situación normal?

Una persona está en la sede y el resto trabaja desde casa, yo incluido. Todas las mañanas atiendo llamada tras llamada: la CEOE, la patronal gallega, empresas. Por las tardes tenemos videoconferencias con la CEOE, otras confederaciones y la Xunta, y se prepara información que enviar a los medios de comunicación. No se para de trabajar.

¿Cuántos empleos se han perdido en las empresas coruñesas en el último medio mes?

Como mínimo un 50% de empresas han tenido que cerrar o parar, lo que equivale a un 60% o 65% menos de trabajadores que no pueden trabajar.

¿Qué temores principales le transmiten las empresas?

Depende del sector. El de la construcción y obras urbanísticas en carreteras o calles está desesperado. El comercio está muy preocupado por tanto tiempo que lleva cerrado. La hostelería, ya no le digo. Y el turismo, que esperaba como muy positivo el año víspera del Xacobeo, piensa que ya lo ha perdido. Y la industria tiene mucho malestar por el decreto que paralizó gran parte de su actividad, con varios borradores y mucha confusión.

¿Esa limitación de actividad industrial que separa lo esencial de lo no esencial no es la adecuada?

Las obras y las empresas industriales no se pueden parar de un día para otro, y así lo decretaron con cuatro versiones del texto y a un cuarto de hora de las doce de la noche. El Gobierno del Estado no tuvo relación con los empresarios, que somos los que de verdad sabemos lo que necesitan las empresas y cómo debemos adaptarnos a las medidas de prevención y a los equipos de protección. Esta limitación no se hizo bien. Nos preocupa que al decretar un estado de alarma de dos semanas a la empresa no se le permite realizar despidos aunque sean por causa justificada y que los quince días que estemos parados sean a cuenta de la empresa. No podemos producir y tenemos que pagar quince días, y para más inri no se nos dice cómo se va a compensar esta situación. Esto nos pone en una situación de negociación con los trabajadores y nos crea un problema en la relación con los sindicatos, en el que unos y otros tendremos sus versiones.

¿Van a poder las empresas garantizar el empleo a través de un ERTE por causa de fuerza mayor?

Hay unos 160.000 trabajadores afectados por un ERTE en Galicia. Esto es una solución buena, de lo poco consensuado con la CEOE. Pero a última hora se añade un artículo que dice que para tener derecho a las prestaciones las empresas tienen que mantener seis meses la plantilla. No se nos dice cómo. El primer mes tras salir de esta situación será prácticamente imposible que las empresas mantengan sus plantillas, tienen que coger ritmo como las locomotoras, progresivamente, de menos a más.

La ministra Calviño asegura que se pueden garantizar prestaciones y cotizaciones. ¿Lo cree posible?

Los empresarios mantenemos un entendimiento casi total con la ministra Calviño, al contrario que con otros ministerios. Nos han hablado de una línea de ayudas de 200.000 millones de euros, el 20% del PIB, pero nadie los ha visto y ni se sabe cómo se van a articular o qué le va a corresponder a cada sector. La Unión Europea habla de otra línea en la que a España le tocan 5.000 millones, que no da para cubrir la situación actual de las empresas. Europa tiene que ser solidaria.

¿Hay medidas que ustedes piensan que se deberían haber tomado y no se ha hecho?

Primero, las medidas actuales se tomaron tarde. Si estamos en una batalla contra el Covid-19, no ha habido una estrategia adecuada de actuación, ni cohesión para saber hacia dónde tenemos que ir. Es penoso que no tengamos mascarillas suficientes, o que nos hayan engañado con los tests comprados a China. Eso da poca seriedad a la gestión del Gobierno. Estos trámites hubieran dado mejor resultado si se hubieran encargado a empresas privadas. Aquí, en este aspecto, también se ha dejado de lado a las grandes empresas españolas.

La recuperación va a ser lenta y progresiva, dicen analistas y consultores. ¿A qué sector empresarial le va a costar más volver a la normalidad?

Lo ideal sería una recuperación en V, tomar impulso tras la caída, porque las empresas quieren seguridad. Las exportaciones desde Galicia, muy importantes en nuestra balanza, se pueden ver perjudicadas en vista de cómo se ha gestionado el problema del virus en el país y lo bien que se resolvió en otros. Vamos a tener una caída muy seria del turismo, la gente no va a querer viajar ni ir de fiestas. Y la industria se va a resentir. Es tremendo: a comienzos de año creíamos que el PIB iba a bajar del 2% al 1,5%; hoy las previsiones que hace una conocida escuela de negocios gallega marcan una caída del 10,5%, el doble de la recesión que se produjo con la otra crisis entre 2008 y 2009.