Los gobiernos europeos alcanzaron anoche un principio de acuerdo para desbloquear una respuesta común a la crisis económica asociada a la pandemia del coronavirus, pacto que de momento se concreta en ayudas financieras por valor de más de 500.000 millones de euros. Sobre la base de un borrador suscrito por Alemania, Francia, España, Italia, Portugal y Países Bajos, se desenredó el bloqueo de las últimas semanas provocado por las tensiones entre el norte y el sur y sobre todo por las posiciones antagonistas de italianos y holandeses.

Tras una cadena de fracasos anteriores, los países pactaron una declaración que, según trascendió, incluye el "escudo de emergencia" pergeñado por la Comisión Europea con tres patas: préstamos del actual fondo de rescate (MEDE) a los países por hasta 240.000 millones de euros (para el caso de que tengan problemas de acceso a los mercados), apoyo financiero también para costear las prestaciones de paro (100.000 millones) y un programa de garantías para facilitar el acceso al crédito de las empresas (200.000 millones) a través del Banco Europeo de Inversiones. Esa declaración incluye un compromiso genérico de abordar un plan conjunto de recuperación o "reconstrucción", aunque de momento sin cuantía ni financiación específica. La mutualización de riesgos mediante los llamados eurobonos o coronabonos volvió a quedar sobre la mesa.

La reunión de los ministros de Economía de la zona euro (Eurogrupo, presidido por el portugués Mário Centeno) llegó precedida de contactos bilaterales y de una aproximación entre Alemania y Francia para intentar remover las posiciones de bloqueo de Holanda e Italia. El Gobierno de La Haya, contrario como el resto de los del norte a mutualizar riegos a través de la emisión de deuda compartida (eurobonos o coronabonos), era además beligerante respecto a los préstamos del MEDE, que estatutariamente llevan aparajada una "concionalidad" (compromiso del país deudor de realizar recortes de gasto público y reformas estructurales, sometimiento al control de la troika). Holanda aceptaba que en una primera fase no se aplicase esa disciplina, la más pegada a las necesidades financieras para combatir la pandemia, pero que sí se restableciera en una fase posterior. Italia respondió con su propio bloqueo.

Bajo presión por el descrédito que supondría un nuevo fracaso para la Unión Europea ante los ciudadanos y ante los mercados financieros, los ministros concertaron un texto que en apariencia deja aún abiertas cuestiones que habrán de cerrar los líderes de los países en el Consejo Europeo u otras instancias. Así, respecto a la "condicionalidad" del MEDE se libera de ella a los países que accedan a los préstamos siempre que el dinero se empleó en gasto sanitario. Podría quedar a criterio del Mecanismo Europeo de Estabilidad, que gobierna el fondo, determinar qué es o no gasto sanitario, explicaron fuentes comunitarias a este diario.

La idea de un estímulo fiscal conjunto para la recuperación (plan de reconstrucción) aparece recogida, pero no se define su alcance y financiación. No hay por ello referencias a los eurobonos, coronabonos u otras variantes análogas que llevan semanas defendiendo Francia, España e Italia frente al bloque del sur.

Horas antes, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, afirmó que no es posible responder a la crisis generada por la pandemia del coronavirus con "recetas del pasado". "Las autoridades de todo el mundo están movilizándose para luchar contra el coronavirus. El Covid-19 es un golpe económico completamente nuevo al que no es posible responder con las recetas del pasado. Necesitamos políticas que se ocupen sobre todo de los más expuestos a esta crisis", subrayó Lagarde en un blog publicado en la web del BCE.

La exministra francesa y exgerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) sostiene en esa publicación que esta crisis es "especial" porque la "drástica" caída de la actividad económica es consecuencia de la decisión de obligar a los trabajadores a quedarse en casa. "Ello crea la necesidad de evitar que empresas que son viables cierren y que sus empleados pierdan sus puestos de trabajo como consecuencia de una crisis transitoria de la que no son culpables", apostilla Lagarde. También explica las medidas que ha tomado el BCE en las últimas semanas para apoyar la economía, entre las que se incluye un paquete de compra de activos de 750.000 millones y subastas de liquidez con condiciones ventajosas para apoyar el préstamo por parte del sector bancario.

Ayer, la Reserva Federal de EEUU movilizó nueva munición monetaria: un nuevo programa de préstamos de 2,3 billones de dólares para respaldar a las pequeñas y medianas empresas (pymes) y a los gobiernos estatales.