Con la movilidad en mínimos, y sin previsión de normalidad a la vuelta de la esquina porque las actividades que vuelven a reanudarse a partir de mañana son solo parte de las hibernadas, a las estaciones de servicio se les acababa el margen para aguantar abiertas como servicio esencial, pero sin demanda de combustibles.

"No tenía ningún sentido que todos abriéramos con la poca venta que hay", asegura Benigno Redondo, presidente de la Federación Gallega de Estaciones de Servicio (Fegaes), que estima la caída del negocio "entre un 80% y un 90%, dependiendo de la ubicación". Y la zona será, precisamente, uno de los criterios que habrá que tener en cuenta en el sector para acogerse al cierre temporal aprobado por el Gobierno y con una orden desde ayer ya en Boletín Oficial del Estado (BOE).

Casi la mitad de los establecimientos minoristas de hidrocarburos podrán bajar la persiana a partir de mañana y mientras que siga la actual situación de emergencia sanitaria, derivada del avance del coronavirus.

Todas las gasolineras que superen los cinco millones de litros de venta al año, situadas, generalmente, "en localizaciones estratégicas y con alta capacidad de suministro", según el Ministerio para la Transición Ecológica, deben seguir abiertas. En zonas donde ninguna alcance ese volumen, se tiene en cuenta cuáles son "las principales", en función de su cuota de mercado, para decidir si pueden cerrar o deben seguir abiertas.

También funcionarán con normalidad las instalaciones en autovías, autopistas, hipermercados, las desatendidas, áreas con contratos de hospitalidad para transportistas, que ofrezcan otros derivados como GLP, GNC y GNL, además de las que dan servicio a lugares estratégicos como hospitales o parques logísticos. Son unas 4.334, una cifra que supone un 37% del sector.

A ellas se suman otras 1.686 (14%) en apoyo a los municipios más pequeños „el horario podrá ser reducido, con 30 horas semanales de apertura„ y los 77 postes marítimos para suministro a buques de pesca. El resto tendrá libertad para cerrar o fijar el horario que consideren más conveniente.

"Era una medida que estábamos pidiendo", recuerda Redondo. La patronal gallega de estaciones de servicio da por hecho que el incremento de los próximos días en la demanda "aumentará un poco". "No será evidentemente para tirar cohetes, pero supone algo de oxígeno para intentar que las pérdidas sean las mínimas", señala.

Como ocurre en otras actividades, los responsables de las estaciones de servicio de la comunidad se han esforzado en buscar el material de seguridad necesario para sus trabajadores. "Hemos tomado medidas para restringir la entrada a las tiendas", relata.

"En este momento no estamos con la lógica del beneficio, sino del servicio", asegura Benigno Redondo, que, frente a las críticas por los precios en un escenario de caída de la cotización del petróleo, remarca "que el 60% del precio son cantidades fijas en impuestos". El sector abre sus recintos al lavado de coches para ayudar a extremar la higiene y frenar la epidemia.