El punto de partida de The English Game, la serie sobre los orígenes del fútbol del creador de Downton Abbey, es el instante en el que se pusieron los cimientos contemporáneos del que se acabaría convirtiendo en el deporte más popular del planeta. Hubo un periodo en el Reino Unido a finales del siglo XIX en el que dejó de ser un juego exclusivo de las clases altas de la sociedad para encontrar arraigo entre los trabajadores. Julian Fellowes, hábil para retratar la lucha de clases en las islas británicas, recoge esa premisa para revisar los comienzos del fútbol desde una perspectiva social con una serie de época.

El antagonismo que plantea la serie queda establecido enseguida a partir de sus dos protagonistas principales. Por un lado está Arthur Kinnaird, representante de las clases acomodadas que a través de sus equipos dominaron el deporte de la pelota en sus comienzos, y por el otro Fergus Suter, abanderado del incipiente profesionalismo que comienza a brotar en el fútbol a partir de los conjuntos formados por los obreros del norte.

Suter está de hecho aceptado como el primer futbolista profesional y su historia se contrapone a la de Kinnaird, a la vez considerado por las crónicas de la época como la primera gran estrella de este deporte. El contexto para ambos es el de un fútbol que poco a poco empieza a abandonar los colegios de la elite que lo vieron nacer para asentarse en las fábricas. Son dos mundos contrapuestos: el de las clases altas que recelan de la expansión del que consideran su juego y el de los trabajadores que lo ven como una manera de prosperar.

El choque cultural que retrata la serie, representando en la resistencia de los aristócratas a que los futbolistas puedan cobrar por jugar „como en el caso de Suter„, es uno de los primeros grandes hitos de la historia del fútbol, comparable a lo que más recientemente pudo suponer la Ley Bosman, y queda bien plasmado en la obra de Fellowes, pero ahí se agota la influencia del balón en la toda la trama.

The English Game no va mucho más allá, y de ahí las críticas del sector más futbolero, deseoso de conocer más sobre el incipiente rol del fútbol como fenómeno de masas o la manera en la que se jugaba a finales del siglo XIX. La serie insiste más en los conflictos sociales de aquella época en Gran Bretaña, las huelgas y los cambios sociales que comenzaban a germinar.

Se pueden sacar mejores conclusiones sobre la manera en la que se debía asistir a una reunión en un club de caballeros londinense que acerca de cómo logró el Blackburn de Suter vencer al Old Etonians de Kinnaird en la final de la FA Cup de 1883 que marcó el comienzo del fútbol tal y como lo conocemos actualmente.