El Sergas ha proporcionado a los profesionales sanitarios indicaciones generales sobre el uso de máscaras quirúrgicas y equipos de protección respiratoria en sus centros sanitarios. El Servizo Galego de Saúde distribuirá más de 500.000 unidades cada semana a sus centros de salud.

La conveniencia o no de este elemento de protección ha sido uno de los grandes debates de esta crisis de salud pública, aunque parece que ahora se impone la recomendación de su uso. Hace unas semanas, por ejemplo, una alto cargo del área sanitaria de Vigo fue cesada después de se le reprochase "generar alarma" por llevar la mascarilla, según denunció.

Específicamente, ahora el Sergas aconseja que los sanitarios usen máscaras quirúrgicas cuando están en espacios de trabajo donde es imposible mantener las medidas de distancia física recomendadas (dos metros). El uso de máscaras no será necesario cuando estos profesionales se encuentren en espacios comunes donde el distanciamiento se pueda realizar sin problemas.

El propósito de aconsejar esta medida es proteger a otros trabajadores y no tanto de la autoprotección del usuario de la máscara. Es un acto de solidaridad con los demás, destaca el Sergas, limitar la posibilidad de transmitirles el virus en caso de estar contagiado sin haber manifestado aún los síntomas. En este sentido, debe recordarse y destacarse que esta medida no elimina la necesidad de mantener la mayor distancia posible entre las personas, además de la higiene de las manos y la limpieza a fondo.

El uso de máscaras debe realizarse correctamente, para evitar que el uso indebido aumente el riesgo de transmisión en lugar de minimizarlo. Los criterios para el uso de la máscara quirúrgica o el uso de equipo de protección respiratoria (máscaras FFP2, bata, guantes o protección para los ojos) se basarán en el tipo de exposición y la situación en la que se encuentra el profesional.