Partiendo de la idea de que fumar es malo siempre, ¿es peor ahora con la llegada del coronavirus?

Fumar debilita las defensas y facilita los procesos infecciosos. Es algo que se conoce desde hace muchos años, porque el recalentamiento de toda la vía aérea es como un caldo de cultivo para todas las infecciones. Por lo general, las infecciones respiratorias son mucho más frecuentes en los fumadores. El coronavirus no es distinto. Aunque no hay estudios específicos o, al menos yo no los conozco, relacionando directamente tabaco con coronavirus, fumar facilita las infecciones en general.

Y salir a menudo para ir al estanco es exponerse un poco más...

Claro, hay que evolucionar. Hay que aprovechar esta ocasión tan buena de confinamiento para hacer un intento serio de dejar de fumar.

Habrá fumadores que piensen que ya tienen bastante ansiedad por no salir de casa como para enfrentarse ahora a la decisión de dejar de fumar.

Hoy en día para eso hay tratamientos. Hay parches de nicotina, hay caramelos, hay chicles... También hay fármacos, pero ahora no es momento de ir al médico de cabecera. Sin ayuda médica, la terapia sustitutiva de nicotina es eficaz para dejar de fumar y también para controlar esa ansiedad. A mí, lo que me gusta más que nada, sobre todo para los jóvenes, es sustituir el tabaco por deporte. Es lo más recomendable, seguir lo que hacen nuestros deportistas de élite y entrenar en casa.

¿Qué es lo más importante para dejar de fumar?, ¿tomar la decisión e ir a muerte con ella?

Ir a muerte no. ¡Ir a vida! La decisión es lo más importante, si tienes claro que quieres hacer un intento serio de dejar de fumar, tienes un porcentaje altísimo de conseguirlo. Si tienes ansiedad, puedes sustituir el cigarro por infusiones, hay terapias sustitutivas de nicotina... Pero la idea es lo más importante. Si lo haces a ver si suena la flauta, y vas a hacer un intento con la cajetilla de tabaco en la mesilla de noche, las probabilidades de que vaya mal son altas. Hay que ir pensando que lo vas a conseguir, que vas a controlar la ansiedad y que puedes hacerlo.

¿Y si en casa todos fuman y solo decide dejarlo uno?

Si vivimos con otras personas que fumen, hay que pedirles que no lo hagan delante de nosotros, que nos dejen un espacio libre de humo para llevarlo mejor y, que si tenemos ansiedad o estrés que sean colaboradores, que no vayan dejando colillas por la casa... Que se ilusionen con nosotros. Eso es muy importante. Y hacer un intento serio por la vida, porque cuando uno deja de fumar gana la friolera de quince años de vida, que se dice pronto. Los fumadores tienen un envejecimiento muy rápido, les envejece todo, el sistema circulatorio, la piel, el corazón, los dientes... A mí no me gusta poner ejemplos particulares, pero me dio mucha pena que en la vida de Aute no se cruzase nadie que le ayudase a dejar de fumar, porque murió muy joven y muy envejecido. Toda la vida con el pitillo en la boca y yo pensaba: "Pobre hombre, no habrá nadie que se cruce en su vida y que lo incentive a que lo deje, que le diga que puede hacerlo". Es muy importante. Los que no fumamos y tenemos a fumadores cerca tenemos también que ayudarlos con mensajes positivos. No machacarlos sino animarlos a que lo consigan y acompañarlos en este proceso que puede parecer muy difícil pero que, al mes, la mayoría de la gente ve la luz.

¿Y cómo debe plantearse una persona que quiera dejar de fumar, hacerlo durante el confinamiento, porque tampoco puede ir a dar una vuelta si se estresa?

Primero, tiene que tomar la decisión, después, no tener tabaco, rodearse de un ambiente propicio y mantenerse ocupado. Estar activo, al que le guste pintar, que pinte, al que le guste leer, que lea, hay que ocupar la cabeza. Las ganas de fumar son como una ola. Cada media hora viene a la cabeza el deseo de fumar, pero hay que torearlo, hay que pensar en otra cosa y no rendirse ni flaquear. A mí el deporte me parece la forma ideal de controlar el síndrome de abstinencia y, al que no le guste, pues que haga manualidades o lo que le guste para estar ocupado, porque estar ocioso viendo la televisión es lo peor.

¿Pueden probar una nueva afición y engancharse a ella a la vez que dejan el tabaco?

El caso es tener la mente ocupada, porque si estás pensando todo el rato en que no puedes fumar, ¡qué tristeza...! Hay que pensar en cosas positivas y buenas. Y si puedes hacer ejercicio, mejor, que es lo que más rejuvenece de todo. Hay que pensar en otra cosa y engañar al cerebro para ir pasando esos momentos de debilidad que, al principio, suceden con mucha frecuencia pero que, a medida que van pasando los días, cada vez son menos intensos y menos frecuentes. Ese deseo atroz de fumar se va yendo. Lo que sí que hay que asumir es que dejar de fumar pone un poquito triste, pero bueno, ya vamos a estar tristes por estar confinados y no poder estar con nuestros amigos o con nuestra pareja y por no poder salir... Hay que pensar que es una tristeza reactiva al síndrome de abstinencia, pero hay que intentar animarse y pensar que, después, vas a ser una persona libre de verdad, independiente, que vas a tomar tus decisiones y que no vas a estar atado a algo tan terrible como es el tabaco. Todo son ventajas al dejar de fumar.

Y, para los más precavidos, que es un motivo más para evitar contraer el coronavirus...

Sí, porque no vas a ser tan susceptible a las infecciones respiratorias. Estamos rodeados de motivos para dejar de fumar, de hecho, a mí no se me ocurre ningún motivo para ser fumador. Es engañarse. Uno piensa que va tener menos ansiedad, pero es mentira, la ansiedad que produce el tabaco solo se controla en el momento en el que estás fumando, pero a la media hora, te vuelve a dar. Muchos pacientes lo que notan es lo contrario. Cuando dejan de fumar tienen una paz y una tranquilidad que no tenían desde hace años. No tienen que estar consumiendo continuamente para estar bien sino que están siempre bien. Además tenemos que pensar que pronto recuperaremos la normalidad y que este verano , seguramente, ya podremos ir a la playa, guardando las distancias y que podremos ir también a las terrazas.