Italia alcanzó ayer los 20.465 fallecidos con el coronavirus, tras registrarse 566 en 24 horas, y, aunque hay signos de que la propagación se contiene, no relajará el confinamiento y el drástico bloqueo de actividades, más allá de abrir a partir de hoy algunos negocios, como librerías.

"Todavía estamos en la fase uno, no hay duda": así de contundente se mostró el profesor Gianni Rezza, del Consejo Técnico Científico que asesora al Gobierno, al comparecer en la rueda de prensa diaria de Protección Civil. "Hay signos positivos, pero el número de muertes sigue siendo alto", señaló.

La cifra de 566 fallecidos de ayer es muy superior a los 431 del domingo, que fue la más baja en las últimas tres semanas, y el número de contagios se sitúa en 159.516 personas, según el jefe de Protección Civil, Angelo Borrelli.

No obstante, la mejoría de la situación respecto a semanas atrás, en plena expansión de la epidemia y a pesar de que ahora los hospitales ya no están tan colapsados, el Gobierno italiano no quiere bajar la guardia y echar por tierra los sacrificios realizados. Por eso, prolongó hasta el 3 de mayo el confinamiento de las personas en sus casas y el cierre de todas las actividades no esenciales, medidas que debían expirar ayer.

Se permitirá, sin embargo, la apertura de algunos negocios, algo casi simbólico y experimental. Se trata de las librerías, papelerías, tiendas de ropa para niños y servicios forestales. El primer ministro, Giuseppe Conte, rechazó de momento que puedan abrirse industrias y otras actividades, a pesar de las presiones económicas.

Mientras, un segundo equipo médico cubano, formado por 21 doctores y 16 enfermeras y un coordinador logístico, llegó ayer a Italia para ayudar a combatir la pandemia de coronavirus.