El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, destituyó ayer a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, tras varias semanas de tensiones que se han agravado al mismo ritmo que la crisis del coronavirus, que ya deja 1.924 muertos y 30.425 casos confirmados. Desde que el virus llegó a Brasil, a finales de febrero, Mandetta expresó públicamente sus diferencias con Bolsonaro con relación a la necesidad del aislamiento social, al que el mandatario se opone frontalmente bajo el argumento de que es necesario mantener a flote la economía del país.