El número de pacientes atendidos por infarto en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac) ha descendido casi un 30% durante la pandemia. "Comparamos la cifra de casos registrada entre el 15 de marzo y el 15 de abril de este año con ese mismo periodo en los cinco anteriores y la caída es del 27%", explica el jefe del servicio de Cardiología, José Manuel Vázquez, quien advierte de que, además, ahora "los pacientes tardan mucho en venir, el tiempo medio se ha triplicado"José Manuel Vázquez. La razón, asegura, es el temor de los enfermos a contagiarse de coronavirus y que les lleva a no acudir al hospital. "No hay otros factores que puedan justificar este descenso y aún en el caso de registrar una caída, esto no explicaría la demora en ir a Urgencias", sostiene este facultativo que, tras hablar a diario con este tipo de pacientes, tiene claro que "el miedo" está detrás de este descenso, generalizado en todo el país, donde el número de tratamientos para abordar infartos de miocardio ha caído un 40% de media, según la Sociedad Española de Cardiología.

Los médicos del Hospital de A Coruña atienden cada año a casi 400 pacientes que sufren un infarto. "Son una media de 30 o 35 al mes, pero entre mediados de marzo y abril, solo vimos 24 casos y si ampliáramos el periodo de estudio creo que la caída sería ahora mucho mayor porque el 15 de marzo todavía estábamos en el inicio de la pandemia", explica el doctor Vázquez, quien añade: "Si en los últimos cinco años teníamos una tasa de 56 casos por cien mil habitantes, ahora ha bajado a 41". Los médicos advierten de que no es que se produzcan menos infartos, sino que los pacientes no acuden al hospital, "aguantan más en casa". Prueba de ello es que se ha triplicado el tiempo medio que tardan en pedir ayuda médica. "Si antes estos pacientes tardaban de media 90 minutos desde que se iniciaban los síntomas y llamaban al 061 o acudían a un centro de salud, ahora son 283 minutos, más de cuatro horas", indica este cardiólogo.

Y más tiempo en llegar al hospital se traduce en un mayor daño al corazón y peor pronóstico para el paciente. "Hay que acudir al médico lo antes posible porque a partir de las seis horas lo que se va a poder recuperar es mucho menos y a partir de las doce prácticamente nada. Llegan más tarde y con más daño en el corazón. Nosotros vamos a actuar igual, pero el corazón ya no va a responder, a funcionar igual y se creará una cicatriz que esto llevará al paciente a sufrir insuficiencia cardíaca, no tener fuerza suficiente y en definitiva a tener menos supervivencia", indica Vázquez.

Pero la situación que se vive en las Urgencias del Chuac no es excepcional. Un estudio de la Sociedad Española de Cardiología revela que al comparar la semana del 24 de febrero al 1 de marzo (antes de la pandemia) y la del 16 al 22 marzo (ya en plena crisis) se observa que el número de tratamientos iniciados en los hospitales para abordar un infarto bajó de media un 40% en toda España, caída que llega incluso al 85 y al 67% en Extremadura y Castilla-La Mancha. En Galicia, según este estudio, el descenso sería del 11%, el segundo más bajo, tan solo por debajo de País Vasco (-8%) y La Rioja que no sufrió variaciones. Desde la SEC, donde también achacan el descenso al "miedo al coronavirus" y a contagiarse en los centros de salud, alertan de que esto "supondrá un incremento en la mortalidad cardiovascular a corto y largo plazo, con pacientes que presenten muerte súbita extrahospitalaria, ruptura cardiaca o infartos extensos, cuadros médicos que habían conseguido reducirse sustancialmente en España tras la implementación a lo largo de la última década del código infarto en todas las comunidades".