Habla todos los días con pacientes a los que consulta vía telefónica o con quienes están ingresados por un problema cardiovascular y tiene claro que hay "mucho miedo a venir al hospital y contagiarse", indica el jefe de Cardiología del Chuac, José Manuel Vázquez, lo que se traduce en que muchos pacientes que sufren un infarto tardan en pedir ayuda o incluso no llegan a ir a hospital. "Muchos aguantan en casa a ver si les pasa el dolor y es un error. El retraso hace que cuando lleguen haya más daño en el corazón. Estamos viendo situaciones clínicas que no veíamos desde hace años", indica este especialista.

Desde que el Sergas instauró una vía especial para la atención de los infartos „un programa que ya se aplica en muchas comunicada„ "normalmente se les pilla bien y se les puede hacer una angioplastia cuyas complicación es baja", dice Vázquez, quien alerta: "Ahora volvemos a ver cosas que hacía tiempo que no veíamos como gente que llega con una rotura en la pared del corazón".

Por ello, Vázquez pide a cualquier persona con síntomas sospechosos de infarto „"un dolor en el pecho o la boca del estómago que es difuso, que no puede señalarse con el dedo pero que causa malestar y puede irradiar al brazo o el cuello y que no pasa en unos minutos"„ que pida ayuda. "En Urgencias hay protocolos para que los pacientes sospechosos de coronavirus no se relacionen con los otros y en el caso de infarto ya ni pasan por Urgencias, van directamente a hemodinámica", resalta este doctor, que lamenta "el miedo" que provoca esta enfermedad "sobre todo en gente mayor y que vive sola".