El Instituto Robert Koch de Virología advirtió ayer de que, pese a que se han logrado éxitos en la lucha contra el coronavirus en Alemania, la situación sigue siendo crítica y no se debe bajar la guardia, y hay que reducir a "unos cientos" el número de nuevas infecciones diarias. "Estamos ante una paradoja, los éxitos de las medidas restrictivas hacen que muchos cuestionen las medidas y digan que la situación no es para tanto", dijo el vicepresidente del RKI, Lars Schaade.

"Hay que recordar que en pocas semanas han muerto más de 5.000 personas y que morirá más gente. El que hayamos logrado que la epidemia no tenga efectos más graves se debe a las medidas tomadas, no podemos bajar la guardia", agregó.

Schaade señaló que actualmente hay un promedio de cerca de 2.000 nuevas infecciones diarias, lo cual, dijo, "es demasiado" puesto que cada una de las personas infectadas tiene contactos y a través de ellos las cifras se pueden disparar.

Es importante bajar la cifra de nuevas infecciones a unos cientos por día para poder pensar en relajar más las medidas", explicó.

Según las últimas cifras del RKI, en Alemania se han registrado desde el comienzo de la epidemia 150.583 casos de contagio con 5.321 muertos y más de 106.000 pacientes recuperados.

Como medida de contención del virus, el ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, defendió ayer el uso de una aplicación de teléfonos móviles que detecte a quienes hayan tenido contacto con contagiados. "Se trata de datos sensibles, de protección de datos. Pero la meta es que si alguien se contagia podamos encontrar rápidamente a las personas con las que ha tenido contacto", dijo Spahn en el programa Morgenmagazin del canal ZDF.

Por otro lado, la hostelería alemana reclamó la apertura de bares y restaurantes con miles de sillas vacías ante puntos emblemáticos como la Puerta de Brandeburgo de Berlín, para denunciar su precaria situación por las restricciones. En la acción participaron representantes del sector de unas 80 ciudades.