Los centros de emergencias del estado de Maryland y el Centro de Control de Envenenamientos de Nueva York contabilizaron el viernes más de un centenar de llamadas relacionadas con intoxicaciones por lejía, el desinfectante Lysol y otros productos de limpieza poco después de las declaraciones del presidente de EEUU, Donald Trump, en las que sugirió que la inyección de estos productos en vena podría ayudar a tratar el coronavirus. Solo en Maryland se registraron más de cien posibles casos de envenenamiento con estos productos, mientras que otros 30 afectaron a ciudadanos neoyorquinos.

De acuerdo con datos provistos a Efe por el departamento de control de envenenamientos de Nueva York, se recibieron nueve consultas telefónicas por exposición al desinfectante Lysol, diez relacionados con la lejía y once con otros productos de limpieza del hogar en un período de 18 horas. Aunque no especificó qué tipo de exposición hubo en estos casos, si fue por contacto con la piel o ingeridos, sí informó de que ninguno requirió de admisión a un hospital ni desembocó en ningún fallecimiento.

Los casos se produjeron pese a la reacción en cadena de la comunidad científica a los comentarios del jueves de Trump, que dejaron escuchar su voz de rechazo.

Por su parte, el presidente estadounidense dijo el viernes, tras la polémica que suscitaron sus declaraciones, que estaba hablando "sarcásticamente" cuando sugirió que las inyecciones con desinfectante podrían ser un tratamiento contra el coronavirus. "Estaba haciendo una pregunta sarcásticamente a los reporteros, simplemente para ver qué ocurriría", afirmó Trump al ser preguntado por esa afirmación.

La explicación de Trump no encaja con la proporcionada poco antes por su portavoz, Kayleigh McEnany, quien se limitó a indicar que eran los medios de comunicación quienes habían "sacado irresponsablemente de contexto" las palabras del presidente.

Mientras, el número de contagios no para de crecer en EEUU, el país del mundo más afectado por la pandemia en términos absolutos, donde, según los datos de la Universidad Johns Hopkins, acumulaba ayer 53.070 fallecidos y 924.865 casos detectados. Pese a ello, más de una decena de estados de EEUU se prepararan para reactivar su economía la próxima semana.

Entre los nuevos casos están 650 reos de una prisión en Michigan, cuya edad o estado de salud les hace especialmente vulnerables, según The Washington Post.