El confinamiento supone un riesgo adicional para las mujeres que tienen que convivir con sus maltratadores y otorga a los vecinos un papel más importante que nunca a la hora de denunciar estas situaciones. Una campaña en redes sociales, en la que participan actores, cantantes y periodistas, trata desde hoy de concienciar sobre ello.

Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno contra la violencia de género, es el impulsor de esta iniciativa, en la que participan cantantes como Alejandro Sanz; actores y actrices como Luis Tosar, José Coronado, Maribel Verdú y Alicia Borrachero; y periodistas como Pepa Bueno o Carme Chaparro.

Combatir el "doble castigo" de las mujeres encerradas junto a sus "carceleros" durante el confinamiento decretado frente a la pandemia de la Covid-19 es el objetivo de esta campaña de la productora M&MASFICCION.

"Si las paredes hablaran se rompería el silencio que envuelve a la violencia de genero. Las paredes no hablan pero tu sí. No te calles, habla, denuncia, actúa", piden los participantes en esta iniciativa.

El confinamiento, explica Lorente a EFE, ha sido capaz de dar una especie de superpoder a las personas, la capacidad de traspasar las paredes del hogar para detenernos en lo que ocurre dentro de la convivencia.

Lorente pone el énfasis en el silencio y la pasividad en el entorno de las mujeres maltratadas, algo que no es nuevo y que lleva a que alrededor del 80 por ciento de las mujeres asesinadas no haya puesto nunca una denuncia.

"Pero ni ese silencio ni tampoco las paredes se han construido en estos días de encierro, estaban antes y van a continuar después. Sin embargo, aunque no sean nuevos, sí puede ayudar a tomar conciencia de la realidad y de la necesidad de actuar para derribar esos muros", dice el profesor de la Universidad de Granada.

El confinamiento, insiste, ha encerrado y atrapado a las mujeres víctimas de violencia de género "en la propia cárcel que cada maltratador levanta para sentirse libre a la hora de agredir: el hogar".

Miguel Lorente describe como, en esta situación, los hombres tienen mayor percepción de control y anonimato con lo que aumenta la sensación de impunidad y con ella todas las formas de violencia para el sometimiento de la mujer que, además, acaban impactando en los hijos.

Si bien en el confinamiento el número de homicidios y denuncias ha bajado, la violencia está ahí, insiste Lorente, amparada por el silencio y las paredes, y cuando las mujeres puedan salir de su "cárcel" y los agresores pierdan el control, el riesgo de agresiones graves y homicidios "se va a disparar".

Durante los meses previos al confinamiento, los homicidios de mujeres por violencia de género se situaron por encima de la media mensual; en enero asesinaron a 7 mujeres, cuando la media mensual histórica de homicidios en dicho mes es de 5,6; y en febrero asesinaron a 6 mujeres frente a una media histórica para este mes de 4,7.

"No podemos callar, las paredes hablan porque el muro que separa a las mujeres que sufren la violencia de género no está hecho de ladrillos, sino de silencios. Y si ellas hablan sólo tenemos que seguir su ejemplo y ponerle voz", concluye Miguel Lorente.