Victorina tiene 90 años y algunos problemas de movilidad, pero no quiere saber nada de dejar su casa. Aunque pasa gran parte de la jornada en el centro de día de Cruz Roja en A Coruña, por las tardes regresa a su hogar para probar recetas que aprende en los talleres de la mañana o entretenerse con su nuevo hobbie: una tablet. Como ella otros 5.900 gallegos (gran parte de ellos mayores) mantienen su independencia y viven solos en sus domicilios gracias al apoyo del sistema de teleasistencia de la Xunta y Cruz Roja que les permite, con solo apretar un botón, alertar ante cualquier emergencia o problema que sufran, según los dados de la Consellería de Política Social, correspondientes a finales de 2019. "El objetivo es promover la autonomía personal, evitar el aislamiento y proporcionar seguridad tanto a las personas usuarias como a sus familias", según explican desde la Xunta.

Aunque existen varias modalidades de teleasistencia, la más habitual es la básica, que funciona a través de la línea telefónica fija. Basta con instalar un terminal en el domicilio del usuario que recibirá además un pulsador -en forma de colgante o pulsera- y que deberá llevar puesto en todo momento. "Incluso en la ducha, no se estropea", señalan desde Cruz Roja, donde gestionan este servicio. De este modo, ante cualquier problema o emergencia, con solo pulsar el botón, el usuario entrará en contacto con la sede central, operativa las 24 horas del día de los 365 del año. El sistema está diseñado para pedir ayuda desde cualquier rincón del domicilio. Si alguien se cae en el baño, por ejemplo, aunque la terminal esté en el salón podrá oír con claridad a los técnicos de Cruz Roja -ya que se activará el manos libres del aparato- y estos, en función de las necesidades, movilizarán los recursos que sean precisos (ambulancia, bomberos, familiares, etc.).

Llamadas periódicas

Pero la comunicación no es solo en un sentido. Los técnicos de Cruz Roja se encargan de llamar periódicamente -en función de lo que se haya prefijado en el momento de adherirse al servicio- a los usuarios para recordarles una cita médica, hacer cierto seguimiento por si fuera preciso un ingreso hospitalario o simplemente para felicitarles el cumpleaños o charlar un rato y saber qué tal se encuentran. Las llamadas desde Cruz Roja dependen de cada caso. "Me llaman todos los días a la hora del Sintrom", explica Victorina Quiroga, que reconoce que si no, algunos días no se acordaría. A Rafael Fraga, de 71 años, las llamadas son más espaciadas en el tiempo. "Llaman para ver qué tal te encuentras. Es un servicio que a gente que no tenga familiares cerca, por ejemplo, les permite hablar con alguien y además les da mucha tranquilidad", indica este coruñés con una discapacidad reconocida desde 1999 y que se animó a solicitar la teleasistencia hace unos años cuando sufrió un atropello.

Y para quienes quieran tener la tranquilidad de poder dar la voz de alarma ante cualquier imprevisto o urgencia también cuando estén fuera de su domicilio, Cruz Roja cuenta con otra modalidad: la teleasistencia móvil. Se instala una aplicación en el teléfono móvil que consta de un botón -similar al del colgante o a la pulsera- y cuyo uso es igual. Basta con pulsarlo para informar de qué ocurre. Entre las preguntas más frecuentes de los potenciales usuarios está el saber qué sucede si la emergencia impide hablar al afectado. Desde Cruz Roja explican que en esos casos, cuando se ha apretado el botón pero nadie responde, se pone en marcha el protocolo y los recursos que se consideren necesarios para comprobar que el usuario se encuentra perfectamente en su domicilio. Esta modalidad cuenta además con el servicio de geolocalización que permite saber en todo momento donde se encuentra esa persona y pensado para pacientes con inicio de alguna demencia o que pueden desorientarse con facilidad. A 31 de diciembre de 2019 había un total de 276 gallegos que tenían este tipo de teleasistencia en sus teléfonos móviles, según la Consellería de Política Social.

Aunque las personas mayores que viven solas son las principales usuarias de los servicios de teleasistencia, este sistema está abierto a otros colectivos como "convalecientes de un accidente o una operación quirúrgica, enfermos crónicos o embarazadas", según informa Cruz Roja en su página de internet. En algunos casos, la Xunta sufraga el coste del requisitos, el usuario abonará el 100% del precio.