Mientras Madrid y Cataluña pueden quedar rezagadas en la desescalada de la crisis sanitaria, Galicia está en condiciones de tomar la delantera. Así lo defendió ayer el presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo, que considera que las cuatro provincias gallegas cumplen los requisitos sanitarios para pasar ya a la fase 1 de desconfinamiento -que el calendario estatal retrasa hasta el 11 de mayo- y en la que se podrían ya reabrir tiendas y terrazas y permitir reuniones sociales reducidas. Incluso apuntó que hay 140 concellos, donde no hay ningún contagio de coronavirus, que podrían pasar directamente a la última fase de desescalada.

El Consello de la Xunta analizó ayer, de hecho, un informe de la Consellería de Sanidade que constata que Galicia está "en una muy buena situación epidemiológica". "Y esperamos que mayo sea mejor que abril", constató Feijóo. Es por esta razón, que el Gobierno gallego cree que es momento de rendir homenaje a las víctimas de la pandemia y ha decidido declarar luto oficial en la comunidad del 1 al 31 de mayo.

Los esfuerzos se centran ahora en la reactivación de la actividad económica y social. El Gobierno ha diseñado un plan de transición con cuatro fases. La fase 0 se iniciará el próximo lunes y no será hasta el 11 de mayo cuando los territorios que cumplan una serie de parámetros puedan pasar a la fase I. Esto significa que los comercios podrán abrir con aforo limitado, también las terrazas de bares y restaurantes siempre que no ocupen más del 30 por ciento de su capacidad. También podrán abrir hoteles, se permitirá el contacto social en grupos reducidos siempre que no haya personas vulnerables o con patologías previas y los mayores podrán recibir visitas siempre que sea dentro del mismo municipio.

Aunque Núñez Feijóo advierte de que desconoce todavía los criterios exactos que usará el Gobierno para decidir si un territorio pasa a la siguiente fase, el jefe del Ejecutivo gallego manifestó que "con carácter general todas las provincias gallegas están en condiciones de cumplir la fase uno y la mayoría de los distritos sanitarios", expuso.

Uno de los frentes abiertos por el presidente gallego contra el plan de desescalada del Gobierno está en la organización del desconfinamiento en base a provincias. La reclamación de Galicia y otras seis comunidades para que la deshibernación se haga por áreas sanitarias ha obligado al Gobierno a replantearse su delimitación provincial.

Sin embargo, Feijóo advirtió ayer de que esto no será suficiente para que Galicia apoye el plan. E insistió en que el Gobierno debe concretar los criterios que permitirán avanzar en las fases de desescalada y dar un tratamiento específico al rural. También reiteró su rechazo a que se prohíba la movilidad entre provincias. En este sentido, echa en falta también que el plan de desescalada no explore "el componente tecnológico" que permita hacer un seguimiento sanitario de los ciudadanos que se mueven de un territorio a otro.

Entre las medidas de protección que exigirá la reactivación de la actividad, la comisión clínica del Sergas evaluará la posibilidad de instalar medidores de temperatura automáticos en centros sanitarios y empresas. Eso sí, Feijóo aclaró que hay "dudas" al respecto debido a que las máquinas que hay actualmente en el mercado dan "bastantes fallos".

Por otro lado, la Xunta defendió el uso de los test rápidos del Gobierno para realizar su estudio epidemiológico, pero para estar seguros de su fiabilidad, Feijóo aseguró que estudian hacer una muestra con otro tipo de pruebas y cruzar los datos para comprobar su veracidad.

El titular de la Xunta justificó además no acudir a la reunión en el Senado entre las comunidades autónomas y el Gobierno. "No me pareció oportuno", señaló tras denunciar que tampoco asistió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Desde la oposición gallega, el secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero, cierra filas en torno a la desescalada por provincias e insta a la Xunta a "dejar atrás" la estrategia de "confrontación" y actuar con "lealtad" al Gobierno.

El líder de Galicia En Común, Antón Gómez-Reino, defiende también la desescalada por provincias porque su delimitación geográfica "es reconocible" por los ciudadanos.

La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, por su parte, concuerda con Núñez Feijóo y se niega a una delimitación provincial. Además pide a la Xunta que pacte sus propuestas con la oposición antes de la Conferencia de Presidentes del domingo.