Uno de cada cinco casos de coronavirus en España se producen en sanitarios. Desde el inicio de la pandemia son casi 41.800 -más de un millar en Galicia- los que tras luchar contra el virus día a día en primera línea de batalla vieron cómo también ellos caían víctimas del Covid-19. Médicos, enfermeros y farmacéuticos gallegos narran en primera persona cómo afrontaron esta enfermedad que ha causado miles de muertes, muchas entre compañeros de profesión. Aseguran sentirse "afortunados" por superar con éxito esta dolencia y resaltan el buen recibimiento de pacientes y compañeros a su vuelta al trabajo. Eso sí, algunos se muestran críticos por lo que tardó en llegar el material de protección -su carencia propició contagios en centros sanitarios- y lamentan que en las comunidades con mayor número de afectados se presione a estos profesionales para reincorporarse cuanto antes.

Tanto quienes apenas presentaron síntomas como quien precisó hospitalización y sufrió complicaciones reconocen que el miedo y la incertidumbre fueron sentimientos palpables hasta que un test dio negativo y confirmó que ya estaban libres del virus. Temor por su estado de salud o por su entorno. "Sientes culpabilidad y miedo por poder contagiar a tu familia", explica la doctora Ana Carvajal, de la Casa del Mar de A Coruña. "Había cierta incertidumbre por ver si a partir del séptimo día empeorabas o no", añade Paz García, farmacéutica en Santa Comba. Ellas tuvieron síntomas leves, pero en el caso de Antonio Antela, médico de Santiago que estuvo ingresado dos semanas, asegura que atravesó dificultades. "Te ves a la deriva y muy vulnerable", relata ya recuperado y de nuevo en su puesto de trabajo.

Hay quien no sabe dónde pudo contagiarse y quien tiene claro cuándo y cómo. Es el caso de una enfermera del Hospital de Oza, que prefiere guardar el anonimato, y que asegura que contrajo el virus al tratar "sin equipos de protección" a pacientes durante los primeros días de la pandemia. La doctora Ana Carvajal tuvo que aislarse cuando atendió en su consulta a un paciente con "una especie de gripe rara" y al que gracias a las sospechas de esta médico de familia se le hizo la prueba que dio positivo. "En mi caso no pasó nada porque reconocimos en seguida que podía tener coronavirus, pero no siempre fue así y hay compañeros de Atención Primaria que fallecieron al ver a pacientes y no ser conscientes de que eran afectados", indica esta facultativa que se ha sumado a la plataforma Nihéroesnimártires, creada en Twitter por sanitarios de toda España, "con el objetivo de reclamar a las instituciones equipos de protección" para estos profesionales. "Falta organización, mascarillas, hay personal sanitario que utiliza un material muy manual", lamenta Carvajal, quien resalta el escándalo que sería si en cualquier "otra empresa hubiese tantos accidentes de trabajo como número de contagiados sanitarios".

El jefe del área de Infecciosas del Hospital Universitario de Santiago, Antonio Antela, lamenta por su parte que algunos compañeros de otras comunidades sufran presiones para volver a sus puestos de trabajo tras pasar la enfermedad. En su caso reconoce que no estuvo sometido a "ningún tipo presión para reincorporarse", algo que sí ocurre en las comunidades con mayor presión asistencial durante esta pandemia, como Madrid o Cataluña. "Allí los sanitarios han tenido una presión tremenda para volver lo antes posible. Incluso salieron recomendaciones oficiales de sociedades científicas y del Ministerio de Sanidad poniendo plazos que yo creo que son muy duros. Aconsejando la vuelta al trabajo de los profesionales sanitarios infectados cuando hubieran pasado solo cinco días después de haber tenido los últimos síntomas.

Dependiendo de si los síntomas que has tenido han sido leves o más intensos, cinco días pueden ser muy pocos", subraya el doctor Antela, quien aprovecha para dar un "toque de atención" a las autoridades sanitarias que han tomado ese tipo de decisiones. "Entiendo que la situación en ese momento estaba desbordada, y que esas medidas se habrán tomado a la desesperada, pero sin tener en cuenta la salud y el estado físico de los profesionales sanitarios", dice.Y una vez recuperados, la mayoría regresa con ánimo a su puesto de trabajo pese que en muchos casos es donde contrajeron el virus. "Fui muy animada porque me hizo sentirme útil y animada", relata Ana Carvajal que asegura que es "emocionante" ver que los pacientes "te preguntan si estás bien". El mismo cariño recibió Paz García al volver a su farmacia. "La gente estuvo muy cariñosa y me decían 'ay cuando me enteré' o 'qué alegría verte", recuerda.

Todos conocen el Covid-19 desde los dos lados: su trabajo diario para frenar la pandemia y vivirlo en primera persona.