Italia pasa el último fin de semana en confinamiento estricto por la epidemia de coronavirus cuando ya se acerca a los 29.000 muertos, antes de iniciar mañana lunes una reapertura gradual de actividades entre llamamientos a la prudencia.

"El lunes comienza el desafío más difícil. Comienza el segundo tiempo de un partido que no sabemos cuánto durará y cómo terminará. No debemos olvidar los sacrificios hechos en la primera parte", señaló el comisario extraordinario para la emergencia, Domenico Arcuri.

Desde que se detectó el primer caso autóctono del virus, en el norte de Italia, ya se han superado los 209.000 casos, pero la evolución favorable de la curva de contagios las últimas semanas, así como la reducción de la presión sobre los hospitales, ha llevado al Gobierno de Giuseppe Conte a decretar el inicio del desconfinamiento y la reactivación parcial de la economía.

Podrán reanudar su actividad la industria y las manufacturas, el sector de la construcción y el comercio mayorista, lo que pondrá en circulación a 4,5 millones de personas antes confinadas.

Abrirán los parques y se podrán celebrar funerales con un número máximo de quince asistentes, y se podrá visitar a familiares cercanos, pero no hacer reuniones sociales.