Si de media suelen dedicar entre siete y doce horas diarias a atender a su familiar dependiente, el confinamiento les ha obligado a estar a tiempo completo y sin el respiro que para muchos suponían los centros de día en los que la persona con dependencia pasaba parte de la jornada o los talleres pensados para estos cuidadores no profesionales. Con el objetivo de apoyar, resolver dudas y sobre todo ayudar a sobrellevar mejor esta situación, entidades como Cruz Roja o la Asociación de Familiares de Personas con Alzhéimer de A Coruña (Afaco) realizan un seguimiento telefónico pasa saber tanto cómo están los mayores o dependientes como sobre quienes recae su cuidado diario. "Nos han llamado varias veces para darnos recomendaciones, consejos y ánimos. Además por email nos mandan tablas de ejercicios para que realicemos con ellos", indica la coruñesa María Salud García que se encarga, junto a su hermana, del cuidado diario de su madre y que participa en la Escola de Cuidadores non Profesionais de Cruz Roja A Coruña.

Después de pasar doce días en coma - "todavía no sabemos muy bien porqué", dice María Salud- su madre llegó a precisar atención "las 24 horas del día" y aunque pasado el tiempo "ha recuperado mucho" todavía es necesario que cuente con una persona al lado para ayudarle en muchas tareas. Una función que realizan sus dos hijas. Pese a que su madre ya no salía a la calle - "pasea por casa y está en la terraza", indica- el confinamiento ha cambiado las rutinas diarias de María Salud. "Ahora teletrabajo y llamamos para que traigan la compra a casa porque soy consciente del peligro y no quiero contagiar ni a mi madre ni a mi padre, que además estos días tuvo que ingresar para que le cambiaran el marcapasos", relata esta coruñesa que también ha retirado de la agenda las sesiones para cuidadores a las que acudía periódicamente en Cruz Roja. En otros casos, la vida de los cuidadores ha dado todavía un giro mayor ya que, hasta ahora, la persona dependiente pasaba gran parte de la jornada en un centro de día de asociaciones o entidades de apoyo, lo que les daba libertad para realizar sus quehaceres diarios o tener tiempo para sí mismos.

Con el fin de que tanto cuidadores como sus familiares lleven lo mejor posible ese confinamiento, muchas entidades han reforzado la atención telefónica. Desde Afaco, por ejemplo, los psicólogos llaman cada dos o tres días a las familias para ver qué tal afrontan esta situación, si tienen alguna necesidad, dar consejos o simplemente "para que se desahoguen". Lo mismo corre en Cruz Roja. Las responsables del programa dirigido a cuidadores no profesionales -en el que participan 40 personas y que se divide en talleres formativos, grupos de apoyo en el que comparten su experiencia y atención individual - continúan con su labor vía telefónica o por correo electrónico. "Las dos primeras semanas de confinamiento había mucha incertidumbre, no sabían por donde tirar y tenían muchas preguntas. Ahora ya se han adaptado y agradecen mucho estas llamadas", reconoce Lorena López, terapeuta ocupacional de este programa, quien asegura que estos días hacen especial hincapié en que los cuidadores "intenten mantener contacto con su entorno, amigos, familiares a través de videollamadas o Skype y además les animamos a visitar un portal en el que se hacen recomendaciones de libros, películas, etc...".

Todo ello para intentar paliar la falta de sesiones presenciales durante la cuarentena, talleres y grupos de apoyo que en muchos casos suponen más que un respiro para los cuidadores ya que les permite sentir que hay más gente en su misma situación, con sus mismas dudas y problemas. "Periódicamente se reunían con un psicólogo con el objetivo de poder compartir experiencias con personas que se encuentran en su misma situación", indica Lorena López. "Se crea un vínculo de entendimiento, de apoyo, encuentras soluciones", señala María Salud García, quien también echa de menos los talleres formativos en los que se abordan temas diversos pero que pueden ayudarles en sus tareas de cuidados. "Para mí fue un descubrimiento. Hubo talleres sobre diabetes, primeros auxilios, sobre cómo sobrellevar al duelo o sobre la tutela de dependientes. Es un aprendizaje y a la vez hay muchas cosas que te sorprenden", sostiene.

Ya sea en confinamiento o cuando se vuelva a la rutina, los expertos lo tienen claro. "Es fundamental el autocuidado del cuidador", indica Lorena López. Para ello, hay que buscar siempre un ratito para uno mismo.