No se hizo esperar tanto como la que mandó paralizar las llamadas actividades no esenciales, aunque hubo que aguardar hasta pasadas las 16.00 horas para conocer la orden que regula la fase 0 de la desescalada. 51 días después de la declaración del estado de alarma por la pandemia del Covid-19, el pequeño comercio podrá reabrir sus puertas, lo que permitirá un respiro de liquidez para aquellos negocios que no han podido operar de modo online. Eso sí, el descerrojazo será muy limitado en este primer tramo: por los límites de afluencia a los establecimientos, los protocolos de limpieza y el también progresivo desconfinamiento de la población.

Espacios. Podrán reabrir los establecimientos de menos de 400 metros cuadrados. De este modo no podrán operar los centros o parques comerciales, así como tampoco los negocios que estén dentro de grandes superficies "sin acceso directo e independiente desde el exterior". No existe un registro oficial de locales comerciales en Galicia por superficie; a cierre de 2019 estaban activos en la comunidad 28.156 negocios de venta al por menor, por ejemplo, o casi 17.400 empresas de servicios de comidas y bebidas. La inmensa mayoría han permanecido cerrados desde el 14 de marzo.

Acceso. En todos los casos deberán cumplir un requisito fundamental: cita previa. El objetivo es limitar al máximo la permanencia del cliente dentro del establecimiento "sin que se puedan habilitar zonas de espera en el interior". Para el caso de las peluquerías, por ejemplo, podrán atender a más de un cliente siempre y cuando se garantice una atención individualizada con separación de seguridad, o con mamparos o mostradores. La reactivación será por tanto tenue; si en una pequeña peluquería cinco trabajadoras atendían a otros tantos clientes, en función de las dimensiones del local podrán tener que bajar su funcionamiento incluso a menos de la mitad. Los mayores de 65 años tendrán prioridad en los horarios en los que tienen permitida la salida para pasear. Eso sí, las compras deberán realizarse en el municipio de residencia "salvo que el servicio o producto no se encuentre disponible en el mismo".

Higiene. Como norma general, los locales que abran al público deberán realizar una limpieza y desinfección al menos dos veces al día. Una de ellas se ejecutará al final de la jornada; la otra, "preferentemente" a mediodía. Para ello tendrán que utilizar desinfectantes con diluciones de lejía, o cualquiera de los autorizados por el Ministerio de Sanidad. Los uniformes de trabajo deberán lavarse diariamente, en ciclos de al menos 60 grados de temperatura. Salvo en caso "estrictamente necesario", los aseos no podrán ser utilizados por los clientes. Entre el consumidor y el trabajador deberá haber un metro de distancia cuando existan mamparos o cualquier otro elemento de protección; cuando no sea así, de dos metros.

Fichaje. La orden publicada ayer prohíbe asimismo el registro de jornada por huella dactilar; se reemplazará "por cualquier otro sistema de control horario que garantice las medidas higiénicas adecuadas para protección de la salud y la seguridad de los trabajadores". Cualquier empleado con síntomas compatibles con el Covid-19 o que se encuentre en cuarentena no podrá acudir al centro de trabajo.

Atención. Todos los locales deberán poner a disposición del público dispensadores de geles hidroalcohólicos y papeleras, preferentemente con tapa y pedal. Cuando se trate de un establecimiento con zonas de autoservicio, tendrá que ser el empleado del mismo el que facilite los productos al cliente. En todo caso, queda prohibido facilitar a los consumidores artículos de prueba para evitar posibles focos de contagio. En cuanto a los comercios de ropa o de arreglos, los probadores deberán ser utilizados por una única persona, y tendrán que limpiarse y desinfectarse después de cada uso. Si finalmente no se vende una prenda, ésta será higienizada antes de que otro cliente pueda tocarla o probársela.

Servicios permitidos en bares. Las terrazas no se desempolvarán, con restricciones y medidas a desarrollar, hasta la siguiente fase. De momento los negocios de hostelería y restauración podrán seguir enviando comida a domicilio, a lo que se incorpora un servicio de recogida en el local por el propio cliente; los pedidos serán telefónicos o por internet, con un sistema de reparto y atención preferente para los mayores de 65 años. No está permitido el consumo dentro del establecimiento, y bares y restaurantes solo podrán estar abiertos durante el horario de recogida de los productos. Los trabajadores deberán llevar, al menos, mascarillas. El propietario pondrá a disposición de los clientes geles hidroalcohólicos y papeleras.