La jornada de ayer, primera en la que se permitía reabrir el comercio no esencial y la hostelería desde el inicio del estado de alarma, se saldó en A Coruña con aperturas poco más que simbólicasA Coruña, según los representantes de los diferentes sectores, a la vista de los datos de los que disponían. "Hasta la semana que viene no va a abrir el comercio, casi todo el mundo va a esperar al día 11", manifestaba José Luis Boado, presidente de la Federación Unión de Comercio Coruñesa (FUCC), para quien algún establecimiento "abrirá tímidamente", aunque las condiciones impuestas por el Gobierno, en especial la solicitud de cita previa por parte de los clientes, dificultará que se retome la actividad.

Para Boado, la cita previa es adecuada para negocios como la venta de materiales de construcción "pero no para comprarse un bolso, unos zapatos o una sartén". En su opinión, este sistema impide que la reapertura sea rentable, por lo que defendió que los clientes puedan esperar a ser atendidos en el exterior de los establecimientos, como ya sucede con los de alimentación durante todo el estado de alarma.

"Las medidas están bien pero falta flexibilidad", señaló sobre las disposiciones de tipo sanitario el presidente de la FUCC, para quien "la charla con los presidentes de las comunidades autónomas le vino bien al Gobierno". Boado manifestó que sería necesario permitir que los comerciantes atiendan también con pantallas faciales "porque los profesionales que ya abrían dicen que la mascarilla es insoportable con el calor". Respaldó que se exija a los establecimientos una desinfección dos veces al día y aseguró que "por la cuenta que le tiene la gente lo va a hacer".

"No hay datos concretos pero no ha abierto prácticamente nadie", declaró Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Hostelería, sector cuya federación nacional situó la reapertura entre el 1% y el 2%, lo que a su juicio es "anecdótico". Según dijo, algunos hosteleros "han dicho que iban a pensárselo estos días, pero que no tenían demanda", por lo que estimó que en esta la salida del confinamiento "hasta que no se pueda abrir la mitad del interior de los locales no va a abrir prácticamente nadie".

Para Cañete, "la gente tiene unas ganas de abrir locas y está desesperada después de dos meses sin facturar", lo que a llevar a que algunos propietarios abran ellos mismos la terraza sin empleados para poner el negocio en marcha, aunque advirtió que aun así habrá "muchas incertidumbres".

NORMAS PREVISIBLES

Las normas higiénico-sanitarias establecidas por el Gobierno para la hostelería "son las previsibles, pero implementarlas no será fácil", opinó Cañete, quien calificó de difícil el control de los aforos, la limpieza y la separación entre mesas y clientes. "Habrá incumplimientos porque es imposible que la gente esté a dos metros", lo que comparó con la exigencia a los corredores de que se mantengan a distancia cuando practican deporte al aire libre. "Va a depender de que todos seamos conscientes de lo que se puede hacer", indicó sobre esta cuestión.

El presidente de los hosteleros coruñeses aseguró que entre los empresarios no hay temor a sanciones por incumplir estas medidas. "Nos preocupa más la seguridad de nuestros trabajadores", ya que cree que no está claro cómo dotarse de equipos de protección e imagina que en principio no habrá inspecciones rigurosas y sanciones, en especial cuando incluso el personal sanitario careció de estos medios.

Como presidente también de la Federación Gallega de Hostelería, Cañete se reunió ayer por videoconferencia con la ministra de Turismo, Reyes Maroto, quien informó al sector de que no se permitirá la movilidad entre provincias hasta el 1 de julio, por lo que los hoteles ya dan la temporada por perdida. Maroto también anunció que el Gobierno flexibilizará los ERTE de cara a la reapertura de los negocios, pero los hosteleros reclaman que además "se mantengan hasta que se normalice el aforo aunque se levante el estado de alarma", explicó Cañete.

Pero los empresarios supieron ayer a través de la CEOE que el Ministerio de Trabajo prevé mantenerlo ERTE solo hasta junio, lo que según Cañete "supondrá el cierre de miles de empresas" y hará que su sector en concreto se ponga "en pie de guerra".

"Mientras que los negocios importantes no abran y vuelva la vida real no vamos a tener actividad", comentó ayer sobre la jornada Manuel Sánchez Quindimil, presidente de Teletaxi, quien detalló que apenas se realizan servicios, pero que al ser un servicio público deben seguir operando. "Tenemos los mismos gastos y solo uno menor en combustible", destacó sobre la situación de los taxistas Quindimil , para quien "cubrir gastos ya sería importante porque ahora no hay ni mucho menos para la nómina de los asalariados y ya no digamos la Seguridad Social".