"La gente viene con ganas de salir, como estamos aún con la cuarentena y con la restricción en las salidas", explica desde el otro lado del mostrador de la tienda de electrónica Lagares, de la Rúa Nueva, José Ángel Gajino. Junto a él, María Gajino explica que ayer, en el primer día de apertura al público de este negocio hubo ambiente. "Nosotros tenemos un cliente que facilita mucho el movimiento, son sobre todo pensionistas, quieras que no es un goteo más constante". Con la distancia marcada por los mostradores, el horario más constreñido de mañana y tarde y atendidas de una en una, las personas que entran por la puerta han pedido sobre todo "pilas y objetos de cuidado personal, como cortapelos, afeitadoras o pilas de reloj". La cuarentena incluyó un cambio de hora que dejó a más de uno con el reloj parado. Ahora le ponen remedio.