Expertos gallegos en Medicina Preventiva, Salud Pública y Epidemiología coinciden en que la desescalada puede hacerse por áreas más pequeñas que la provincia aunque no necesariamente tiene por qué coincidir con las áreas sanitarias. Eso sí, abogan por que se sigan unos criterios "epidemiológicos y logísticos", es decir, no tener solo en cuenta las condiciones sanitarias sino también la movilidad de la población o la realidad socieconómica de cada zona.

"La unidad que se adopte no tiene por qué ser necesariamente la provincia pero debe cumplir tres criterios: tenemos que tener indicadores sobre ella y centros sanitarios de referencia; debe representar cierta unidad de movilidad socioeconómica y tener un tamaño mínimo", explica el profesor de Salud Pública de la Universidade de Santiago (USC) Francisco Caamaño. "Debe establecerse con criterios que tengan sentido epidemiológico y logístico y que sean fáciles de comunicar para que puedan cumplirse", añade el epidemiólogo gallego Alberto García-Basteiro, que trabaja en el Hospital Clinic de Barcelona y que reconoce que aunque a la hora de informar a la ciudadanía sobre las restricciones de movilidad es más fácil limitar la desescalada a las provincias "hay criterios como los pacientes en UCI que deberían depender más de las áreas sanitarias". También el catedrático emérito de Medicina Preventiva de la USC Juan Gestal aboga porque la desescalada se realice en función de las áreas sanitarias. "Sería lo más adecuado si se quieren cumplir criterios sanitarios aunque cada territorio debe ajustar la desescalada a sus circunstancias", indica.

Y si finalmente el regreso a la normalidad varía en función del área sanitaria en la que uno viva -tal y como pedía la Xunta y a lo que ahora abre la puerta el Gobierno-, ¿qué pasará con quienes cada día acuden a trabajar a un área distinta a la de su lugar de trabajo como los que cada jornada se desplazan de A Coruña a Santiago? Los expertos coinciden en que podrían seguir haciéndolo mediante un documento que acredite esta situación como ocurre durante el confinamiento.

Para que las zonas propuestas por las autonomías puedan pasar de fase en la desescalada deberán cumplir una serie de requisitos que el Gobierno apenas ha detallado. El Ejecutivo central asegura, en la orden publicada en el Boletín Oficial del Estado, que la desescalada "no se concibe como un proceso matemático ni automático" y dice que se tendrán en cuenta la evolución de la pandemia o las capacidad estratégicas sanitarias de cada zona pero no especifican si lo que se analizará será la cifra de nuevos contagios o pacientes en UCI, por ejemplo. Solo se ha puesto cifras concretas al número de camas UCI -entre 1,5 y 2 por 10.000 habitantes- y camas en hospitales-entre 37 y 49 por 10.000 habitantes- que las comunidades deberían ser capaces de tener listas en cinco días si hubiese un rebrote. Criterios que la Xunta asegura que Galicia ya cumpleGalicia tras poner en marcha planes de contingencia que permitirían habilitar 1.258 camas nuevas en cinco días -hasta llegar a las 10.313 y otras 689 en UCI, entre pública y privada- si fuese necesario.

Galicia cuenta con 8.149 camas en hospitales públicos y 906 en privados. Si se les suma las 1.258 más que podrían habilitarse en caso de rebrote, según el plan diseñado por la Xunta, se superarían las 10.300 lo que supone una tasa de 38, 2 por cada diez mil habitantes, dentro de lo exigido por Sanidad. Galicia también llegaría la ratio de 2,5 en UCI, según el Sergas. En el área coruñesa, si se analiza solo la sanidad pública se cumpliría el primero -las camas en UCI se triplicaron hasta las 108- pero no el número total de plazas: se necesitarían más de 1.800 y ahora hay algo más de 1.400 a las que se sumarían las 240 del hospital de campaña.

Los expertos consultados aplauden esta medida pero creen que antes del inicio de la desescalada habría que tener en cuenta otra serie de requisitos. "No sé qué indicadores va a utilizar el Gobierno, pero muchos estamos muy lejos de cumplirlos sobre todo los relacionados con el control de la fuente de infección que es fundamental en esta fase para evitar rebrotes, como la capacidad de diagnóstico con PCR de todos los sintomáticos; trazado y cuarentena de contactos o el diagnóstico de asintomáticos en residencias geriátricas", señala Juan Gestal. Una opinión similar a la de García-Basteiro: "Es fundamental que seamos capaces de hacer test a todos los casos sintomáticos y hacer cribado a todos sus contactos en un periodo de tiempo corto (24-48 horas). Si eso no se cumple, no debemos desescalar". Además sostiene que debe iniciarse si cada afectado contagia ya a menos de una persona. Francisco Caamaño incluye además otro parámetro: la tasa de nuevos contagios por cada cien mil habitantes en los últimos 14 días. "Probablemente dos casos al día sería razonable, es decir, unos 28 o 30 casos en los últimos 14 días", sostiene. Un requisito que Galicia no cumple por el momento. Los datos del Ministerio revelan que en las últimas 24 horas hubo 44 nuevos positivos -es la tercera comunidad con más- y que la incidencia en las dos últimas semanas es de 55,6 casos por cada cien mil habitantes.

La desescalada en España ha comenzado antes de conocerse los datos sobre la inmunidad de la población que se obtendrán con los test que ya se realizan en toda España. Los expertos difieren sobre la importancia de conocer estos datos. Mientras para Gestal los test, tanto PCR como de anticuerpos, "son fundamentales", García-Basteiro considera que no pueden usarse para la desescalada: "No sabemos si tener anticuerpos protege contra la reinfección, si alguien puede ser portador después de pasar la infección". "Parece que la prevalencia de personas con anticuerpos es muy baja, lejos de cualquier cifra que nos otorgue inmunidad de rebaño", dice Caamaño que prevé que en Galicia la desescalada vaya a varios ritmos.