Tras varios días con intensas negociaciones e incertidumbres, el Gobierno encarriló a última hora de ayer la prórroga, de otros quince días, del estado de alarma al obtener el respaldo de Ciudadanos para la votación de hoy en el Congreso. Las conversaciones, a varias bandas, se prolongaron hasta la última hora de ayer, casi a contra reloj, para obtener los apoyos necesarios, buscando el respaldo del PNV y Ciudadanos -que finalmente se lo dio- por si el Partido Popular, que no ha desvelado el sentido de su voto, decidía dar la espalda al Gobierno en esta ocasión. El debate interno de los populares pivota entre el "no" y la abstención, con algo más de prevalencia de esta última opción. En todo caso, barones territoriales del PP, como Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso (Madrid) o Juanma Moreno (Andalucía) expresaron ayer su preferencia por apoyar una última prórroga, lo que contribuirá a decantar el voto del PP en favor de la abstención, postura que permitiría la cuarta prórroga del estado de alarma, dado que para aprobarla solo hace falta mayoría simple, es decir, sumar más votos a favor que en contra.

En este escenario con altas dosis de incertidumbre, el Gobierno y el PSOE apuraban los contactos y las negociaciones para lograr los apoyos, mientras insistían en que no hay alternativa por ser la única herramienta que permite limitar la movilidad de los ciudadanos el tiempo que sea necesario. "El único instrumento para salvar vidas es el estado de alarma", aseguró ayer en el Senado el presidente, Pedro Sánchez.

Moncloa advierte de que no existe alternativa jurídica en la legislación ordinaria que permita restringir los desplazamientos de personas, justo lo contrario de lo que defiende el Partido Popular. Así lo destacaron Sánchez, y también muchos de sus ministros, durante la jornada de ayer. Como el de Sanidad, Salvador Illa, quien avisó que es precisamente la movilidad "el principal vector de contagio", y por eso el Gobierno debe de seguir teniendo la capacidad de restringirla, también en este momento en el que se inicia la desescalada.

El Partido Popular, que hasta ahora ha apoyado la alarma y todas sus prórrogas, no reveló la posición con la que hoy acudirá al Congreso. Aunque avanzó que no votará afirmativamente, no ha dicho si lo hará en contra o se abstendrá. Si se abstuviera, el Gobierno sacaría adelante la prórroga sin mayor problema, pero, si vota en contra, las cuentas son más difíciles, de ahí que centre también sus negociaciones en otros partidos.

Por eso, mientras la dirección del Partido Popular mantenía la incógnita sobre el voto, el Gobierno intensificó los contactos con otros partidos como el PNV y Ciudadanos. Porque si el PP votase no, el sí de Ciudadanos y PNV sería suficiente junto con los de los partidos de la coalición para que hubiera esta nueva prórroga de quince días, que llegaría hasta el 24 de mayo.

Los nacionalistas vascos estarían dispuestos apoyar el estado de alarma, pero a cambio de "un mando único compartido", de forma que haya una cogestión con las comunidades autónomas, un pacto de aplicación del plan de desescalada adaptada a las diferentes autonomías, y una tutela por las autoridades autonómicas.

Con Ciudadanos se alcanzó un acuerdo a última hora de ayer. El Gobierno se compromete a mantener contactos semanales con Cs para informarle sobre la evolución de la crisis sanitaria, a consensuar medidas para la desescalada y a negociar la adaptación de los ERTE, las ayudas a PYMES y a los autónomos de manera que sigan vigentes tras el estado de alarma.

Con el apoyo de Ciudadanos y aún a expensas del resultado de los contactos con el PNV, el Gobierno tiene encarrilados los votos suficientes para que salga adelante la prórroga. Ahora ya basta con la probable abstención de los nacionalistas vascos al margen de lo que decida los populares.

Si bien el PP se guardó de desvelar su postura, tres dirigentes autonómicos se inclinan abiertamente por apoyar una cuarta prórroga, pero a condición de que sea la última. Feijóo así lo indicó a través de Twitter tras recibir una llamada telefónica de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, suavizando así su postura de la pasada semana, cuando se opuso rotundamente a la continuidad del estado de alarma.

El presidente de la Xunta argumentó que el Ejecutivo puede necesitar "tiempo para organizarse", algo que cree "más entendible" que las razones que expone para defender la prórroga. "Todas las medidas pueden adaptarse sin prorrogar sine die el estado de alarma, por lo que el Gobierno debe tener un plan B (o C, de Constitución)", comentó Feijóo.

Fuentes de la Xunta precisaron posteriormente que sería admisible que el estado de alarma se prolongase durante un tiempo, pero con la perspectiva de que sea utilizado para preparar su derogación y la cogobernanza con las comunidades.

Esta opinión es compartida en líneas generales por los presidentes de Madrid, Díaz Ayuso, y de Andalucía, Juanma Moreno. La madrileña no quiere más estados de alarma, pero aboga por dar al Gobierno "los últimos quince días" para que la salida de la población se produzca "con las mejores garantías".

Sin embargo, el PP nacional optó por mantener la incertidumbre sobre postura hoy en el Congreso. Su discurso se articula en el reproche a la gestión de Sánchez y en que el ordenamiento jurídico ordinario permite mantener las medidas aprobadas por el coronavirus y determinar las restricciones a las movilidad.

El presidente del Gobierno, en cualquier caso, aprovechó la sesión de control del Senado para insistir en su petición al Partido Popular, al que reclamó que sea "consciente" de que en un momento tan crítico como el actual, con tanta incertidumbre y angustia, la ciudadanía espera y "desea" de los dos principales partidos del país un acuerdo para prorrogar el estado de alarma y "garantizar un futuro de esperanza".

El Gobierno cuenta con los votos de PSOE y Unidas Podemos, Compromís y Más País y espera también contar con Teruel Existe, el Partido Regionalista de Cantabria (PCS) y Nueva Canarias. Ya han confirmado su voto negativo Vox, los partidos independentistas catalanes -JxCat y CUP, así como ERC, que hasta ahora se abstenía- y Foro. Bildu, Coalición Canaria y el BNG ya han anunciado que se abstendrán en la votación.