El Gobierno tiene cada vez más dificultad para aprobar las prórrogas del estado de alarma. El 25 de marzo, en la primera extensión del periodo excepcional para luchar contra el coronavirus, obtuvo 321 votos a favor de los 350 que componen el Congreso de los Diputados. Este miércoles, la cuarta prórroga contó con 178 apoyos. El resultado, logrado gracias a una negociación de última hora con Ciudadanos y el PNV, con quienes Pedro Sánchez se comprometió a rebajar su unilateralidad, indica que si hay una nueva solicitud para ampliar la alarma, su éxito no estará asegurado. Pero el Ejecutivo quiere mantener esta senda.

"Seguramente", dijo ayer la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, esta no será la última prórroga, porque se necesitan "algunas semanas más". Aun así, la desescalada se podrá "negociar con alguna diversidad", continuó Calvo en TVE, en referencia al pacto con los nacionalistas vascos, que establece que el Gobierno se coordinará con las comunidades autónomas para el proceso de relajación, ahora que las muertes y los contagios por Covid-19 van disminuyendo.

En el otro acuerdo, con Ciudadanos, Sánchez aceptó que el Gobierno mantuviese reuniones semanales con la formación naranja. También desligar los ERTE y las ayudas a pymes y autónomos del estado de alarma, para que estas medidas sociales se mantuvieran en vigor si no hay nuevas prórrogas. Fue una alianza extraña, porque las relaciones de los liberales con Sánchez han sido pésimas desde que este llegó a la Moncloa, pero Cs ha suavizado su discurso desde que estalló la pandemia, provocando el malestar del sector más duro del partido y dudas sobre los futuros aliados del Ejecutivo.

Los naranjas señalan que el entendimiento del pasado miércoles con el Gobierno es meramente "puntual", circunscrito solo a este periodo de alarma. Calvo mantuvo ayer la misma tesis. "No hay cambio de alianzas. Somos un Gobierno progresista. Acompañamos a ERC y ERC nos acompaña", ha dicho la vicepresidenta, vinculando el rechazo de la prórroga por parte de los republicanos -que hasta ahora se habían abstenido- a su competición electoral con JxCat en Cataluña.

Si el Gobierno solicita extender de nuevo el estado de alarma -el actual periodo acaba el 24 de mayo- y no logra renovar sus acuerdos con el PNV y Cs, la prórroga puede salir derrotada. Tras escuchar a Calvo, el presidente de los nacionalistas vascos, Andoni Ortuzar, señaló que el estado de alarma "está agotado" y que Sánchez debe buscar instrumentos legales que "tengan un mayor consenso" y "no levanten ampollas ni escandaleras políticas". Aun así, la reciente extensión habría salido adelante incluso sin contar con el PNV y los liberales, porque el PP se abstuvo. Pero la próxima vez no lo hará, ha anunciado su líder, Pablo Casado.

Sánchez, declaró Pablo Casado en la COPE, "cada vez está más solo" debido a su "nefasta" gestión de la pandemia. El PP, según su líder, no puede ser su "tabla de salvación", así que si hay una nueva ampliación de la alarma, los populares votarán en contra.

La relación entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición pasa por uno de sus peores momentos. Casado acusa a Sánchez de no consultar nada y este contesta que los conservadores no quieren ningún acuerdo. "Podemos hablar, pero tampoco parece que sirva para mucho, ¿no?", le dijo el jefe del Ejecutivo a Casado en el debate del miércoles, una cita que sirvió para plasmar lo poco probable que parece, ahora mismo, un consenso sobre las medidas a tomar a medio y largo plazo cuando acabe la crisis sanitaria.