El alcalde de Milán, Giuseppe Sala, abroncó ayer a sus conciudadanos, después de las imágenes de cientos de personas que salieron a pasear y tomarse el aperitivo en la zona de los Navigli, donde los bares han abierto supuestamente para atender pedidos para llevar.

"Es para enfadarse y mucho", dijo el alcalde milanés después de que se hayan hecho virales las imágenes de cientos de personas en esta zona de ocio de la capital de Lombardía, paseando, bebiendo en grupos y agolpándose en las orillas de los canales milaneses. "O las cosas cambian o tomaré medidas, cerraré los Navigli y cerraré la comida para llevar de los bares y restaurantes", avisó.