La responsable del Servicio de Medicina Preventiva del área sanitaria de A Coruña y Cee, María José Pereira, considera que, tras el confinamiento, ahora viene lo más difícil desde el punto de vista sanitario. "Debemos hacer compatible la reactivación social con el control de la Covid-19. El coronavirus SARS-CoV-2 no ha desaparecido. Se han controlado los contagios gracias a las medidas adoptadas y, fundamentalmente, por el confinamiento de la población", avisa la doctora Pereira, quien no se atreve a aventurar hasta cuándo podría ser preciso mantener las medidas de higiene y distancia física, así como el uso de mascarillas. "No podemos hacer ese tipo de elucubraciones. Necesitamos tiempo para comprobar qué comportamiento tiene el virus en la nueva realidad... y qué comportamiento tiene la población en relación con las medidas recomendadas. Estamos en un momento en que todos tenemos que seguir manteniendo las indicaciones de higiene, porque de eso va a depender nuestro futuro inmediato", señala.

Con respecto al desarrollo de una vacuna contra la infección causada por el SARS-CoV-2, la doctora María José Pereira asegura que "es bueno tener esperanzas", aunque de nuevo se muestra cauta a la hora de dar plazos. "Seguro que podremos contar con ella, pero no va a ser tan pronto como nos gustaría. Y seguramente tampoco para todo el mundo, al menos en fases iniciales", pronostica, y agrega: "Creemos que si todo va como se espera, deberíamos tener una vacuna a mediados del próximo año. Pero no podemos garantizarlo", subraya.

Tampoco es posible garantizar, apunta la jefa de Medicina Preventiva del área sanitaria coruñesa, que los pacientes curados generen inmunidad. "Se piensa que es así, al menos a corto plazo, pero decir mucho más que eso es poco prudente", subraya. "Efectivamente, si la inmunidad por la enfermedad fuera duradera, eso influiría en el desarrollo de la vacuna. Pero podemos forzar respuesta protectoras que no utilicen mecanismos idénticos a la enfermedad", añade.

La doctora Pereira espera que el calor del verano dificulte la supervivencia del virus en el entorno

—"pedir mucho más sería temerario", asegura—, aunque admite que podría haber rebrotes, incluso en las próximas semanas. "Es una posibilidad que debemos contemplar, pero el sistema sanitario está organizado y va a procurar que esto no ocurra. Lo que necesitamos es que la población se conciencie de que su comportamiento también es determinante en el control del SARS-CoV-2", recalca.