"Una vez recuperados del choque, en donde todos íbamos a una, con las ideas claras y contra un problema bien definido como era la Covid-19, ahora toca reanudar la actividad asistencial habitual, de la manera más cercana a la previa, sin perder de vista cómo podría comportarse la pandemia con nuevos rebrotes", apunta Pedro J. Marcos, neumólogo del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), quien aplaude que las medidas de higiene personal, algunas "tan sencillas" como el lavado de manos o el toser en la comisura interna del codo, "hayan venido para quedarse definitivamente en la cultura sociosanitaria". "Si mañana desapareciera la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, solo con haber aprendido estas medidas estaríamos impactando muchísimo en otras patologías como la gripe (que sí que no se va a ir) o, dentro del hospital, en la transmisión de infecciones nosocomiales. Culturalmente no estamos acostumbrados a llevar la cara tapada, así que el empleo de mascarillas creo que solo se mantendrá mientras epidemiológicamente sea necesario. No obstante, volviendo a lo de antes, una generalización futura en su uso solamente en la época de la gripe ya sería un éxito, y seguro que tendría un impacto positivo en salud", recalca.

El doctor Marcos destaca el esfuerzo "sin precedentes" que está realizando la comunidad científica internacional para acelerar el desarrollo de una posible vacuna contra la Covid-19, un proceso que, en circunstancias normales, "tiene una estructura y unos plazos bien definidos", aunque dada la actual crisis sanitaria, "se están flexibilizando". "Se está hablando de que la vacuna podría estar lista en un año, o año y medio. Esto nos pone en una horquilla entre el inicio y mediados de 2021. No obstante, creo que hay que ser cautos porque la historia del desarrollo de las vacunas también está asociada un alto nivel de fracasos", advierte.

Este neumólogo del Chuac reconoce que certezas sobre la Covid-19 "hay pocas", aunque asegura que "vamos teniendo algunas respuestas". "Con respecto a la inmunidad, y con la prudencia de esperar a tener resultados de estudios con miles de pacientes, parece que al menos el 70% de los infectados generaría anticuerpos adecuadamente como respuesta a la infección. Pero no todos los que desarrollan esos anticuerpos tendrán la misma inmunidad frente al SARS-CoV-2, ya que esta depende de varios factores", indica este especialista, quien sostiene que conocer la inmunidad será "clave" para diseñar una vacuna con garantías. "En determinadas enfermedades, con una única dosis de vacuna ya se obtienen los beneficios esperados, mientras en otras hay que administrar dosis de recuerdo para llegar a conseguir la protección esperada", señala.

Mientras la vacuna no llega, el doctor Marcos insta a continuar "atentos". "Será fundamental la detección precoz de los casos y su veloz diagnóstico microbiológico, así como el estudio ágil de los contactos y sus correspondientes aislamientos", destaca. En paralelo, los centros hospitalarios "deben mantener muy bien definidos sus planes de contingencia para optimizar los recursos asistenciales" en caso de que se produzcan rebrotes de Covid-19. "No tengo una bola de cristal, pero es posible que si hay que recurrir de nuevo al confinamiento de la población, no sea como hemos visto hasta ahora, con el criterio del 'todo o nada'. De repetirse, puede que sea ya de otro modo, tanto en tiempos como en medidas de aplicación, y que se limite a determinadas zonas o áreas".