La musicología perdió ayer a uno de sus referentes nacionales e internacionales. El coruñés Xosé López Calo (Porto do Son, 1922), acérrimo defensor de las músicas tradicionales, falleció ayer a los 98 años en la residencia de los jesuitas de Salamanca donde residía, informó la Real Academia de Bellas Artes, de la que el Padre Calo era miembro de honor. A través de un comunicado, la institución cultural reivindicó su incansable trabajo de investigación, reconocido con importantes distinciones a lo largo de su dilatada trayectoria. En 1998, López Calo recibió la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes, y en 2002 obtuvo el Premio das Artes e das Letras de Galicia, entre otros galardones.

López Calo nació en la parroquia de Nebra, en el concello coruñés de Porto do Son, en 1922. Tras estudiar en el seminario de Santiago y en la Compañía de Jesús, se licenció en Filosofía y en Teología en Comillas y Granada, respectivamente, un currículo al que luego añadió el título de doctor en Filosofía y Letras y en Musicología. Uno de sus cargos más importantes fue como secretario general de la Sociedad Internacional de Música Sacra y asesor musical de Radio Vaticana, un puesto que compaginó con el de profesor de Musicología y vicerrector en el Pontificio Instituto de Música Sacra de Roma, y que le permitió conocer a varios papas.

Su pasión, la música barroca

De vuelta a Galicia, se incorporó a la cátedra de Historia de la Música de la Universidade de Santiago, donde permanecería hasta su jubilación. Paralelamente, fue creando una de las mayores bibliotecas musicales del mundo, con más de 1.300 libretas que López Calo y su hermana María Teresa fueron escribiendo con toda la documentación musical que descubrieron recorriendo las catedrales de toda España.