Italia registró ayer solo 165 nuevos fallecimientos y 802 nuevos casos de contagio por coronavirus, las cifras más bajas desde hace dos meses, y piensa ya en cómo será su verano, en el que los italianos podrán ir a las playas y a la montaña, aunque con ciertas precauciones.

Según los últimos datos de Protección Civil, Italia contabiliza 219.070 casos totales de contagios y 30.560 fallecidos desde que comenzó la emergencia el pasado 21 de febrero.

Un total de 2.155 personas curadas se registraron ayer y se sigue reduciendo el número de hospitalizados y de ingresados en unidades de cuidados intensivos.

Ante este panorama, Italia empieza a pensar en cómo será su verano. "Este verano no seguiremos en los balcones y la belleza de Italia no permanecerá en cuarentena. Podremos ir al mar, a las montañas y disfrutar de nuestras ciudades", aseguró el primer ministro, Giuseppe Conte, en una entrevista publicada por el diario Corriere della Sera.

Conte matizó que espera conocer más datos para observar cómo evoluciona la curva de contagios antes de ofrecer indicaciones claras sobre cómo se desarrollarán este año las vacaciones de verano en el país trasalpino.

Además, argumentó que "sería bueno" que los italianos pasaran sus vacaciones en Italia, incluso si lo deben hacer "con reglas y precauciones", para poder ayudar al sector del turismo que representa el 13% del producto interior bruto (PIB) y que se está viendo duramente afectado por esta pandemia del coronavirus.

Según cálculos de Coldiretti, la mayor asociación de empresarios agrícolas de Italia, el país ha registrado desde marzo 81 millones de turistas menos que en el mismo periodo del pasado año, lo que se ha traducido en una pérdida de 20.000 millones de euros para el sector de la hostelería y la restauración.

500 euros para veranear

Para remediar este impacto, el Gobierno italiano estudia otorgar 500 euros a familias con rentas de hasta 35.000 euros que veraneen este año en territorio nacional.

Se trata de una medida que está incluida en el borrador del próximo paquete de ayudas de hasta 55.000 millones de euros que el Ejecutivo plantea aprobar próximamente para apoyar a empresas, familias y autónomos, según publican los medios italianos.

"Van a ser meses muy difíciles, nos enfrentamos a la prueba más dura desde el período de posguerra. Tendremos una fuerte caída en el PIB y las consecuencias económicas serán muy dolorosas", destacó Conte, cuyo Gobierno espera que la economía italiana retroceda un 8% en 2020.

Italia comenzó su desconfinamiento el pasado 4 de mayo con la reanudación de actividades como la manufactura o la construcción, mientras que el 18 de mayo abrirán museos y tiendas, y el 1 de junio restaurantes, bares, peluquerías y centros de estética.

Tras las duras críticas por parte de la oposición, que considera este plan demasiado estricto, el primer ministro reconoció que estudia que ciertas actividades y negocios puedan acelerar sus tiempos en las regiones en las que la curva de transmisiones esté más controlada.

"Si a nivel epidemiológico la situación permanece bajo control, podremos acordar algunos avances con las regiones", sostuvo el primer ministro italiano.